Ya es fiesta romera por aquí y nosotros aun sin arreglo, sin la manta estribera, sin la flor, perdidos en el extraño desvanecimiento de los miedos, deseando el quejío y la guitarra, soñando con camino y espacios, delirando de noche, llorando de día, como magos sin sorpresas. Ya es fiesta en casa y la abuela preparó revoltillos en la imaginación y habas en la memoria pero nadie se llevó todo el futuro.
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