EN ROJO
(A la indeleble memoria de Miguel Hernández)
En este fabulario se asignaron colores
para identificar comportamientos ,
ideas, suertes, desgracias, etc. Se tildan a personas y actitudes con un color
predeterminado que responde, dentro de una especie de acuerdo tácito, a esa
identidad. El blanco representa a la pureza, el negro a la tenebrosidad, el
verde a la esperanza, el rojo a la pasión, el amarillo a la mala suerte, y
así hasta que alguno de ellos comparta,
quizá, varios adjetivos.
En el rojo de un atardecer, en el rojo
de la vergüenza, en el rojo de la pasión, en el rojo del sentimiento
progresista, en el rojo de la verdad, en el rojo de la expresión pictórica, en
el rojo del paisaje emocional, en todos los rojos se observan dosis de pasión.
Es el rojo una fortaleza, un ideal, una filosofía.
En rojo se han escrito episodios de
valentía y revolución, como los intentos de modificar los derechos crónicos que
correspondían a pocos; en rojo se han creado las escuelas de la cultura y los
ensamblajes para la configuración de las libertades de expresión, en rojo se
subrayan las cosas importantes, aquellas que nunca deben olvidarse; roja es la
rosa que se entrega en señal del más puro amor.
El color rojo determina un valor, una
posición activa y rebelde, un compromiso de ética positiva ante cualquier
opción que la vida presenta, siendo la mejor referencia para estar en la onda
cierta de la honestidad y la dignidad de los seres humanos.
Soñar en rojo sobredimensiona la
capacidad para el alcance de lo menos posible y asegura un sentir humano de
cercanía con los moldes de solidaridad necesarios para compartir las
dificultades de esta jungla.
Y quien no preste acuerdo que diseñe su
alegato y lo defienda.
Ramón Llanes.
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