RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 12 de noviembre de 2024

LA INSOLENCIA DEL OLVIDO

 LA INSOLENCIA DEL OLVIDO

 

 

         Habíamos olvidado las formas de escribir y los acentos; los números primos y la costumbre de lavarnos las manos antes de comer se olvidaron al poco de aprenderlos; la melancolía de una tarde de lluvia ha dejado de tener vigencia en la memoria. Recordemos, sí, los nombres de los miserables que insertan discordia en la mediación de vivir o recordemos el pacto de agresión de quienes les sacan partido al odio o recordemos que la muerte en África es una lotería; recordemos todo eso, que es ignominia y fracaso, que no duele ni enriquece.

         En el tránsito no estaba prevista la amalgama de tonos oscuros del amanecer, la noche antes se había pintado para forjas de claridades y sucumbieron los sueños de quienes querían saltar vallas de esperanza y fueron agua de olvido. Se ahogó la vida, con ella el respeto, con ellos la vergüenza. Y es proceder en una iglesia oficial, de la religión que defiende la existencia, hablar de dios como redentor de males y salvador de causas perdidas y comulgar con la fe y marcharse en paz a los rediles. No dolió la muerte, ya era olvido, insolente olvido incapaz de formar filas de rebeldes para salvar algo, acaso una respiración.

         Por qué se entristece este tiempo de ventanas cerradas y ni una luz se cuela por la rendija del proyecto; por qué las rosas ni son rosas ni huelen a dos días después, por qué el adiós a las memorias para bien de los olvidos. Y la injusticia, por qué; y los abusos, por qué; y esta constante dolencia de tripas de tanto desencanto, por qué. Maldito olvido que nos enfila a oscuras conciencias y laxa verdad. Todo esto no era preciso para vivir.

 

 

         Ramón Llanes

ANDALUCÍA ROMÁNTICA. GRANADA

 

ANDALUCÍA  ROMÁNTICA.
 
 
                   GRANADA.
 
 
1.- Te dejaré que me sueñes

a la orilla del Genil

en la vega de Granada
alguien suspira por ti.
 
Suspiros de morería
 requiebros del Albaicín
media granaína llora
en las aguas del Genil.
 
 
2.- Quebranto de mil bordones
se mezclan desde Granada
con el rumor de vihuelas
de las fuentes de la Alhambra.
 
El moro vigila ausente
a la espera de su amada
y la mora que se pierde
en el carmen de Granada.
 
3.- Sueña la mora un castillo
y el gitano una gitana
el paseo de los tristes
poema de una guitarra.
 
Llanto del moro dolido                
de llanto dolida el alma                                            
el gitano da un quejío                                              
que estremece a su gitana.                                        
 
4.- Generalife de luna
testigo del amorío
con laúdes plateados
amores le canta al río.
 
Que un gitano y una mora
se embelesan en Granada
la mora encontró su moro
el gitano a su gitana.
                                          
                                                     
 ESTRIBILLO
 
Romances cuenta la luna
entre las flores del agua,
romance gitano y moro
eternidades del alma.
 
 
 Letra:  Ramón Llanes.Música Alonso Pavón
 


EL OTOÑO BLANCO

 EL OTOÑO BLANCO.

Y llegó un otoño cargado de hojas blancas, bosques blancos, agua blanca y lirios blancos. Un otoño perpetrado al blanco, con amaneceres blancos y luna llena sudando blanco.
En aquel extraño otoño de la historia se conocieron dos niños que acudían a un juego vestidos de blanco y en un impulso de infantilidad el uno entregó a ella un poema escrito a mano con tinta blanca, se miraron y corrieron al jardín.
Al otro lado de la ciudad vivía, en una inquieta soledad, un hombre de pelo blanco que resumía toda su felicidad en una gata blanca que acababa de parir cinco gatos finísimamente blancos, porque también para los animales era el tiempo del otoño más raro de la historia. El hombre guardó unas monedas en un cofrecillo blanco con una nota de destino: “para mi gata blanca y sus gatos blancos”, y se echó a dormir como si alguna vez quisiera morirse. Y soñó con una soledad blanca y despertó sonriendo.
El otoño blanco recogía sus mudas de hojas blancas y se preparaba a marchar por la lontananza del paisaje blanco con cierto dolor y mucha melancolía, y dejó a los pies de cada árbol una hoja blanca, en el agua una flor blanca, en el aire un suspiro blanco, en la lluvia una gota blanca. Al mirar atrás para despedirse de la blanca ciudad que le acogiera le saludaban con manos blancas dos niños entrelazados , un viejo solitario y seis gatos blancos con una pancarta escrita con letras blancas que decía: “ Adiós, otoño blanco, ¿eres la paz?.
Ramón Llanes

TE CONOZCO

 

TE CONOZCO.

 

 

Con mi pura devoción humana
a los habitantes de El Cerro de Andévalo.

 

 

            Yo sé de ti, te he visitado en horas de calor y estío, en tardes largas de riquezas y acogimiento, en tardes cortas de aguaceros con las pestañas mojadas, en noches de pregonarios y mañanas de albricias, en días de música y días de dolor, en momentos de templo, en procesiones sambeniteras, en muchos ratos de folías y poleos junto al paisaje de los pagos claros del Andévalo, en fechas señaladas en nuestros únicos almanaques porque alguien estaba en mayordomía u otro alguien me dejaba caer su agasajo por el alma, en fiestas de agosto probando la paz hecha luces de colores y la satisfacción de la convivencia, en minúsculas conversaciones con hombres que me aportaran en un segundo un mensaje completo, en mayúsculas conversaciones donde el tiempo era lo de menos porque la ocasión aquí era premio por tanta emoción, en dulces de turrón y sombras de eucaliptos.
            Te conozco, amado Cerro; te conozco desde mi primera entraña, desde la consistencia de tu paisaje, desde el corazón viejo que me parte la sonrisa de tanto usarla, desde la miel de tus gentes en la serenidad de un abrazo, desde la hornilla que amolda los sabores a nuestro gusto, desde la poética de tu Trinidad, desde la nobleza de toda tu estirpe, desde un rincón que se nubla a otro que se aclara, desde mi intensidad de observador, te conozco.
            Te pretendo en la golosina que eres para mí cuando soy niño en tu aire especial que me aquieta, te pretendo en el pestiño, en un aviso general consagrado al sentimiento, en un salto atrás del tiempo, en la onírica promiscuidad de mis realidades en este lar, en mi acto por venir, te pretendo.
            Y te amo, Cerro altivo, con la potencia de cada una de mis sístoles, con el fuego que nos transmitimos, con el respeto a las familias de la mujer que me acompaña la vida y con el afecto a ellos, con las carnes abiertas por tanto que me das, te amo.

 

            3/5/14  Ramón Llanes

lunes, 11 de noviembre de 2024

SON

 SON

Mis pupilas y el mar son la misma cosa,
agua encerrada, agua tierna,
agua sedienta,
agua por hablar
que nunca envenena, nunca pólvora,
siempre agua
y ahora más agua ya sin pupilas,
sin mar.
Rllanes

TROPIEZO

 
TROPIEZO
 
 
No vi la boca,
no me vio la boca
ni la boca ni yo nos vimos
y tropecé,
caí en los dientes amarillos,
en la lengua sin habla,
me hundieron los cuerpos húmedos,
no sé nadar,
nunca supe nadar.
Ahora
que lo recuerdo
siento la necesidad
de volver a caerme
en aquella boca,
por ganas
por placer.


Rllanes.

domingo, 10 de noviembre de 2024

LA DESCONOCIDA

LA DESCONOCIDA.



No sé otra cosa de tí que tu presencia. Tu irregular venida a los sobreros de sombras del mediodía, copa de dulzor entre los labios, sonrisa y poco más. Menuda en la forma, haciendo paso en la satisfacción celeste de los soportales, rizando el cabello ya rizado y claro, perteneciendo al sofoco del suplicio del verano.

No sé otra cosa, que caminas como desandando, meciendo un cuerpecillo asimilado al ritmo de tus plantas y pidiendo perdón por recorrer la calle que crees desmerecer. Y que te acompañas siempre, y que miras el infinito desde un infinito horizontal desde donde los pies se ven juntos, al lado los grandes, sin distinguirse los olores, ni las penas, ni los nombres. En esa distancia me tiene la imagen tuya absorto y no soy capaz de preguntarme dirección o peso. Y ya no es estío y aún no remedas que nos tropezamos.

Si te supiera, declinaría en primera todas las flores para dar con el gusto en la sobremesa de organdí y no olvidar la reticencia del ablativo, para no dedicar tiempo a las adivinanzas cuando, como ahora, intensifico mi gubia de pluma y soy capaz de escribir sin conocerte. Si me valiera el tiempo, te preguntaría sin hablar las cosas que no necesito para entender de tí tu timidez de tierna núbil, tu aspiración en las miradas, tus sensaciones, tus saberes, tus fuerzas. Y entendería de tí el modo de ser sonámbula en un paisaje que te pertenece.

Mujeres engoladas sobran en la acera porque en ellas se surten los gozos de la vanidad y sobran vehementes y provocadoras y ostentosas. Y con el otoño las sobrantes han ganado en humos porque cambiaron simplemente el cartón de la envoltura y adornan el paisaje y desadornan el paisanaje.

Todas llevan misterio de desconocidas y no son estas líneas para tí; para tí, o los nimbos de la yedra o el remanso del árbol, pero nunca la bruna conspiración de un recital de palabras escritas sin nombre de pila en la dedicatoria

No sé de tí más que la sombra que te ata, mucho menos que saber el color de las pestañas, mucho menos que saber mirarte y mucho menos que dedicarte una página. Y pensando en ellas, las sobradas de cuerpo y tacón, pienso dos minutos en la inhábil destreza de tu anonimato para pedirte que no me cuentes cosas de tí, que no me avises de tu existencia, que no me traigas huellas en la acera, que no te acuerdes de cambiar el cuerpecillo, ni la correa del reloj, ni la moderación.

Quizá cuando haya soñado conocerte, en un despiste del destino, no tenga para tí una página, un gramo de tinta, un mega de memoria, un verso o un aplauso.





Ramón Llanes

CAMBIOS

CAMBIOS

Al cambiarnos presente por pasado,
educación por vana indiferencia,
calamidad por calmas y paciencia,
realidad por un sueño deseado,
al cambiarnos tres libros por un dado,
cambiar una pasión por la demencia,
la soledad cambiarla por creencias,
toda la luz cambiarla por un palo
haremos el agua en sólido estado,
la razón en un ratón convertida,
y la paz en un molde derribado.
Nos quedará conciencia pervertida,
ansias por conseguir lo no ganado
y un dolor tan procaz como una herida.

RAMÓN LLANES

sábado, 9 de noviembre de 2024

OLVIDADOS

OLVIDADOS

Si de angostar no recuerdo,
por calistenia pregunto,
del ambón ya nadie sabe
y con el arzón me asusto,
un emoliente no cabe
en el dengue que no tengo
y la apepsia ya es un nudo
que a la trapaza no vale;
son olvidados del mundo
como el tal refitolero,
la girándula, el presunto,
la antífona o el pajolero.
Hágale sitio, que se salven
las palabras del tabú del sumidero.

Ramón Llanes.

SABIDURÍA

SABIDURÍA
Oirás la mínima ilusión, el menor susto
prodigar por tu efemérides,
sabrás más cosas que la luna,
muchas más palabras,
los versos te recibirán con castillos de arena
y conocerás las pócimas de amar
que los humanos ponen en la ternura.
Ramón Llanes.

viernes, 8 de noviembre de 2024

EL LADO OSCURO DEL TIEMPO

 EL LADO OSCURO DEL TIEMPO.

El tiempo ocupa un espacio tan infinito que se escapa de la vida y engulle los acontecimientos sin parsimonia ni voluntad de cambio. Es mentor de pasado presente y futuro, es libre y goloso. Nos somete a su reciclaje con greñas o fantasías. Nos envuelve en una consigna infranqueable por encima de compromisos y alteraciones. El tiempo no evoluciona, siempre trae la misma cara, siempre con el péndulo al mismo ritmo, sin alterarse por su exceso de actividad, sin cansancio.
Cuando cogemos el tren de la inercia nos parece que le dominamos pero ese tren lo perdemos millones de veces, siempre vamos a remolque de su imperio. Es curioso.
Es el lado oscuro del tiempo. Queda otro lado más sutil, menos dramático. Queda, acomodarse a su tic-tac, convertirlo en un aliado agradable para tenerlo a mano y pasear con él, como recurso inconsciente de nuestro aprovechamiento. También es curioso que le miremos con más desidia que agrado. Acaso nos queden más vidas por delante o se nos escape de nuestra capacidad humana.
Ramón Llanes

OTRA VEZ MAÑANA

 OTRA VEZ MAÑANA

Luego cayó un reloj que avisaba la hora del equipaje
y te llevaste otro libro y tus medias
y todo se transmutó en melancolía.
Pudimos hacerle todos los guiños al dolor
pero ya era mañana al advertirlo.
Es que sonaste a ocaso
allí detrás de la puerta, sobre el rincón derecho.
Y, de pronto, ya no estabas,
ni estaban el eco ni el dolor,
ni la habitación ni la ciudad, ni el olvido.
No estaba el futuro llamándonos
ni estaban las caricias en la sombra,
ni siquiera quedó la armonía del mensaje.
Solos tú y yo, en la culpa, en el placer.
Te quiero hablar, otra vez, cuando te tenga.
¿Quisiste volver para decirme:
“después de mañana seguiremos amándonos”?.
Ramón Llanes.

jueves, 7 de noviembre de 2024

TAN CERCA

                 TAN CERCA

 

Me pasa que se me ha desdibujado en mi trato con la cotidianeidad el sentido de lejanía; vivo construyendo lo cercano desde mi tiempo más inmemorial y he llegado a una edad cognitiva donde esta opción se me agarra como si fuera un sentimiento y no me permite que otros horizontes me seduzcan y me atosiguen. Desconozco si esto ocurre con frecuencia pero sí observo que puede ser una especie de aplomo que el sosiego genera para librarse de envites de trasiegos, tránsitos, viajes, aventuras o nomadismo. Y me pasa que siempre deduje de la lejanía una buena premisa para el desarrollo evolutivo del ser humano; y entonces se me contradicen las neuronas, se enfrentan entre ellas y no llegan a conclusiones que me sirvan para tomar decisiones acertadas. Por ahora lo tengo todo cerca: casa, ciudad, familia, pueblo, amigos, diversiones y sonrisas, casi que no necesito buscar otros paisajes, otros lazos, otros conocimientos u otras maneras de fraguar lo diario y he decidido quedarme e indagar más en el mundo que tan cerca me ha hecho encontrar el lugar amado. Sin perder siquiera una pizca de ansiedad y rebeldía.

 

                Ramón Llanes

SOPAS DE VERSOS

 SOPAS DE VERSOS
 
Mis cenas son sopas de versos,
el fuego le pone su necesario calor,
el tiempo le da molde
y mi compañera del alma
adorna con ternuras la mesa
y nos hacemos más libres
reiterando la complicidad entre nosotros,
y cada noche se sienta la Paz
en nuestra vida.
 
 
Ramón Llanes

SI ALGUNA VEZ TE ACERCAS

 

SI ALGUNA VEZ TE ACERCAS
 
Si alguna vez te acercas
no traigas el cuaderno de los sábados
ni vengas soñada
ni aparentes amor,
si vienes a cuidarme los versos
trae una sonrisa larga, un pensamiento libre
y unas avellanas.
Tráeme tu milonga pegada en la voz,
le hacemos el hueco en nuestra transparencia
y nos sentamos,
si alguna vez te acercas.


Ramón Llanes.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

DE LA FELICIDAD

 DE LA FELICIDAD

Llueve profundamente
y estás equiparada a la ausencia,
un niño arregla su pedal,
la viuda riega los geranios,
llaman a misa de once,
el viento incomoda las hojas,
una gotera en mi armario,
se cae un “te quiero” de mi boca,
el maletín negro, el cuaderno
donde relaciono mis cansancios,
la cuenta positiva de anoche
ganándonos la recompensa de los labios,
un hacer “nada” por pensarte,
un libro, otro libro, un regalo,
la felicidad no existe,
si existiera, estarías a mi lado.
Ramón Llanes

SABER VIVIR

 SABER VIVIR

 

 

            El eterno dilema del saber vivir con todas sus alegaciones, atenuantes y consecuencias, a pesar de la evolución, sigue centrándose en dos premisas que parecen las más identificativas con la cuestión. Aún no entendemos si vive mejor aquel que nada aprendió para nada hacer o aquel otro que mucho aprendió para hacerlo todo. La distancia exacta entre la virtud y la dejación o entre la frescura y la hiperactividad o entre la ocupación total del día y el más evidente rechazo por la tarea, el trabajo y la ocupación. Complicada elección

            La vida de los demás es un punto de encuentro en las conversaciones y cotilleos y suele salir como esa cuota de envidia que cada cual lleva dentro sin querer y que cada cual soporta con cierto ingenio. En un mundo de pícaros como el nuestro siempre fue aplaudida la imaginación utilizada para el engaño, -entiéndase como burla de norma convencional o ética-, y siempre se alimentó la figura del vago que a pesar de no conocérsele ocupación se codeaba con ambientes de cierto poderío social o económico y se le calificaba como buen artífice del buen vivir. Acostarse tarde o nunca y levantarse nunca o tarde, eran los requisitos necesarios para ocupar sillón de “joputa qué bien vive”.

            Este modelo de tipo fue motivo de estudio y de ejemplarización ante la sociedad y sobre todo ante los niños que se ocupaban de comprender a quién deberían imitar para alcanzar una vida mejor. El espejo tiene muchas caras, dependiendo de quien se mire, y contraria a esa tipología existía y existe otra que se asienta en una responsabilidad constante, preocupación general por el saber y el hacer y una disposición a alcanzar cotas importantes en la sociedad hasta obtener beneficios que le permitan ser más y tener mucho para desarrollar su vida acorde con un bienestar para los suyos logrado a base de esfuerzo. A este ciertamente se le admira y también a veces se le tacha de “agonía”, por su exceso de interés y su tanta pérdida de tiempo recaudando comodidad sin saber disfrutarla.

            Son dos caras distintas que pululan por nuestro panorama y sobre las cuales nos cuesta pronunciarnos con absoluta objetividad por miedo a desacertar. El trabajo quizá no dignifique al hombre como tanto se acuñó en el siglo pasado pero es verdad que colabora al bienestar; quizá una entrega sobrada a la tarea de alcanzar metas parezca incorrecta fórmula para vivir y quizá una pasmosa despreocupación por mejorarse y mejorar su entorno parezca también reprochable socialmente, así que la cuestión, ya expuesta, se deja en el aire libre de cada voluntad a fin de que cada una de ellas tome guarida donde sea mejor acogida sin olvidar que el afecto hacia una u otra posición determinará evolución para adelante o para atrás de la sociedad que formamos. ¿O no?.

 

 

 

            Ramón Llanes 

martes, 5 de noviembre de 2024

CADA VEZ QUE TE MIRO

 CADA VEZ QUE TE MIRO
 
 
Cada vez que te miro
me alisa una paz tranquila
tu viento,
me renaces, me atavías
de aromas.
Eres la mirada, la profundidad,
el estilo de la estirpe
del tiempo.
Cada vez que te miro
me lo agradezco.
 
 
 
Ramón Llanes

DISIMULOS

 DISIMULOS

 

                Disimulan los feroces sus garras afiladas para el combate, los calvos disimulan la calvicie, el capitalismo salvaje actual disimula sus consecuencias, el tímido se auto disimula, los amantes disimulan estar enamorados y esconden sus deseos y desaparecen de la luz y se siguen amando, los políticos intentan disimular sus errores y lo consiguen durante un tiempo hasta que la voracidad del siguiente político le descubre un pastel mayor incluso que el estimado; la democracia disimula sus manchas y sus imperfecciones, se amedrenta del poder y del pueblo, asume menos responsabilidades de las establecidas, corretea por los charcos donde se pudre la dignidad y deja de ser democracia muchos ratos dando paso a floripondios extraños que en nada se le parecen; la vida disimula su dolor, casi incapaz de entender que es solo una materia imperdurable, vulnerable y frágil sometida a la continua amenaza de la muerte; los humanos son los expertos en disimulos, en ocultar lo que saben, lo que sienten, lo que hacen, propiciando a los demás una apariencia distinta de la real a fin de conseguir mayor relevancia social, mayor rédito público o mejor aceptación general. El disimulo es un arma amable de común utilidad que solventa grandes compromisos, evita otros y se consagra como un acto sin aserto delictivo ni reproche personal.

Como institución conceptual admirada debe su prolífico uso a otra institución llamada picaresca a través de las cuales- de estas dos-, solo a la pretensión de aparentar, olvidar, conceder indulgencia, plasmar tolerancia o engañar, limitan sus metas. Es sin embargo el disimulo un notorio componente de la mentira que en asuntos nimios pasa desapercibido pero influye en el desarrollo de las sociedades en temas de trascendencia. No tendrá repercusión disimular una mirada, un sueño o una soledad pero no será de recibo aceptar el disimulo de una tragedia, una felonía cometida por gobernantes o cualquiera de los maltratos sociales que se llevan a cabo incumpliendo la carta magna para cubrirse en grandezas sus actores. No apostamos, desde la razón, por disimulos nocivos que dejan una malvada huella en los pueblos. Acaso, mejor la verdad, siempre.

 

Ramón Llanes. 

lunes, 4 de noviembre de 2024

PROSTITUCIÓN

 PROSTITUCIÓN

 

 

            No seré tan iluso de caer en el tópico cursi de escribir de prostitución sin entenderla, sin conocer el germen que la origina o la circunstancia que la alienta; desconozco los pasos a dar para formar parte de su complejo engranaje, no tengo la información mínimamente necesaria y casi diría que mis datos son falsos, siempre tuve -o me crearon- una mala conciencia sobre tal actitud y los teóricos la refieren como acción de perversidad y vicio y me temo que me equivoco y que ellos tampoco aciertan.

            Otros advierten de la función social que cumple la existencia de la prostitución al ser cauce para ofrecer afecto a quienes lo demandan; los menos arbitrarios le concederían mejores fórmulas de bienestar, los cínicos la impulsarían, los ateos entrarían en todos los trapos, los más religiosos seguirían rechazando su práctica en los foros públicos y reconocerían su imprescindible misión regeneradora en las pláticas privadas. Nadie o pocos han preguntado a ellas o a ellos sobre su idoneidad. Y me temo que están en un error.

            No tengo una opinión perfecta formada para escribir en un diario sobre algo que me resulta tan desconocido como incómodo y no me atrevo a descorrer cortinas con osadía de listillo para extender a los lectores un conocimiento del que carezco. La prostitución es un mundo -dicen los practicantes- que requiere un estudio sociológico en profundidad donde se intenten tomar las fotos desde todas las ópticas y donde los protagonistas se impliquen. Si acaso cerrar un prostíbulo soluciona o crea problemas, si acaso es lupanar la propia vida fuera de su definido ámbito, si acaso hetairas no son solo las que perciben su diezmo, si acaso es un mal necesario o si acaso de no existir la prostitución habría que inventarla, son cuestiones espirituales a las que nunca he tenido acceso directo y temática de importancia poco tratada en los versos, ello me obliga a zanjar mi reflexión y dejar para los expertos tan delicado asunto, yo no me atrevo a escribir de algo que no entiendo.

 

 

            Ramón Llanes 

LA LLUVIA DESEADA

 LA LLUVIA DESEADA

 

 

            Se abrieron los cielos como una espuerta grande y dejaron caer las copiosas ensenadas de agua que guardaran sus nubes en paño de oro; los campos empezaron a oler a tierra mojada, las jaras emprestaron su magia a los eriales sabios de la solana, el tiempo se puso lánguido y las personas se encerraron en la calidez de la casa hasta que pasara la sonoridad del trueno y dejara la tormenta los signos nuevos de su reflexión cíclica.

            Vimos el agua en la piedras y en las ramas quedas de los árboles, las correntías dominaron el prepucio del arado; empezaba a tener vigencia el otoño con la exuberancia de líquenes y la mudanza del calor de los riscos que había esperado mojarse en una obsesión de placer; es el otoño, el impulso más genuino del otoño, las más soberana procesión de enseres del otoño. El agua en su comodidad de reventarse en los aires y acariciar los palmos secos de la tierra en un amoroso encuentro. Mirábamos llover y cantábamos al llover como inquietos niños que observan por vez primera una tarde tibia. Al resguardo de la paz, en un cesto de hogares de aperos de seres, los llantos de afuera se hicieron ritos en la sucursal del adentro. El otoño había aparecido en plenitud.

            Vendrán las aves a los charcos, a beberse los reflejos, a trincharse de risas, a olisquear el agua y a zambullirse con sentido. Los cauces altos, los ríos corriendo, la sed apagada, las tierras empapadas; un silencio de perlitas en los majuelos, una lombriz en la tana, la vida en su sitio. Y luego la prosa a ponerle metáforas a las trochas y a los terrones en un ritual de emociones que se someten a ser tiernamente capturadas en este leve ágora del tiempo que es un solsticio agnóstico al paraíso perdido. Hoy venderemos con la palabra toda la fragancia que dejara en el alma de la tierra, la deseada lluvia.

 

 

            Ramón Llanes

domingo, 3 de noviembre de 2024

DE CÓMO GESTIONAR LOS BESOS

 DE CÓMO GESTIONAR LOS BESOS

 

 

         Puestos a pensar, desde la comisura izquierda del labio de abajo, las sales que provocan los placeres sensuales del beso están formadas de una infinitud de moléculas ricas en azúcares que se reproducen con el contacto entre labios y otorgan una delicada fragancia de bienestar, especies extrañas que circundan la piel hasta imprimirla de todos los sabores exquisitos que caben en la exageración pura de un encuentro llamado beso.

         La gestión de semejante fórmula de placer se lleva a cabo solo con las personas que están configuradas en el más cercano ámbito de intimidad. Las sociedades -avanzadas o no- censuran los contactos tan plácidos y atractivos entre labios de bocas no ajustadas a unos cánones morales o costumbristas por entenderse como formas de posibles transmisiones de enfermedades latentes que se propagan con las glándulas salivarias con probable provocación de infecciones. El beso no ha sido sinónimo de constante transmisión vírica ni figura como acción que la medicina expresamente rechace en evitación de tales trastornos.

         Las reglas del beso son consuetudinarias, exentas de tratados y disciplinas; el beso es un signo inequívoco de afecto, de entrega, de amor -en el mayor de los casos- y está desajustado de las normas para su necesidad. Mas qué dulzor y complicidad produce, qué deleite para quienes se enfrascan en prácticas intensas de su uso. Y el beneficio colateral que deja, en su espiritual órbita, no admite comparaciones con otras opciones de estrechamiento de sentimientos entre personas. El beso es el prototipo del amor, el signo de la pasión.

         Instaurar el impulso de los muchos condimentos positivos que contiene el beso, qué mal endémico o trasnochado ha de traer a esta criatura moderna llamada sociedad actual, qué desorden, qué miseria. Como tener un pasaporte para visitar los mundos, gestionar la utilización del beso en términos menos intimistas, será señal de evolución y avance en la difícil tarea de vivir.

 

 

         Ramón Llanes. 

FANDANGO. UN VERSO


 

DEBERES PARA MAÑANA

DEBERES PARA MAÑANA
Ración de cosquillas en la cesta de la compra,
risotás en papel pintado,
hacer mojingangas en la farmacia,
escribir un verso en cada esparadrapo,
tutear a los árboles,
no dormir, sí dormir, no dormir,
regalar las camisas y las bicicletas,
crecer un rato en felicidad,
procurar no dominar, mañana, a los otros,
tender al sol los últimos besos,
recrearme en la nada,
despertar vestido de poeta,
vivir, si es posible.
Ramón Llanes.

APENAS

APENAS
Apenas tres destellos de luz
y pronto sombra.
Apenas un compás de silencio
y siempre gritos.
Apenas un momento de siempre
y pronto nunca.
Apenas unas horas de hoy
y pronto ayer.
Apenas un minuto de furia
y pronto miedo.
Apenas una gota de vida
y pronto muerte.
Apenas tus palabras de amor
y pronto olvido.
Apenas una risa de gozo
y pronto llanto.
Apenas una fuente de agua
y pronto sed.
Apenas un hilo de libertad,
apenas un hilo.
Ramón Llanes. (de ÁMBITO SUR).

sábado, 2 de noviembre de 2024

AGUA QUEMADA

AGUA QUEMADA


Incéndiame el alma
con la mirada ansiosa de tus ojos calmos,
apágame después con besos
y riégame de felicidad
esta luz de lumbre que me plisa
el fuego de tí que habita
en el adentro bajón de mi memoria.
Custódiame el agua, amor,
que nunca quemen
las noches oscuras ni los amaneceres,
sea el dolor la espita lluviosa
para el humo sangrante,
-los sentimientos de arpías y genes de infierno
no sabrán del lirismo del paisaje
ni entenderán
la belleza de salvar la vida natural
que crece en el tiempo-.
Cuídame el agua
y me estarás amando.

Ramón Llanes.

AUSENTES

AUSENTES
Para compartir recuerdos ausentes
he venido a conmover la memoria,
de aquí y de allá,
nos faltan semblantes con risas
que glosaron la amistad
como un poema mágico convivido;
nos faltan abrazos en el encuentro,
gestos en la complicidad,
nos faltan seres imprescindibles
que fueron a componer adoraciones
a otras cercanías,
nos falta esa paz enseñada por ellos
en ratos de vida.
Se nos fueron sobradamente
sueños futuros.
Ahora son los versos quienes arengan su ausencia,
quienes anuncian su credo
en la más cálida emoción
tantas veces hecha.
Ramón Llanes

viernes, 1 de noviembre de 2024

LA SIMBOLOGÍA DE LAS LUCES

LA SIMBOLOGÍA DE LAS LUCES
Nuestra sociedad, -toda la sociedad y no solo la cristiana- celebra el nacimiento de Jesús proyectando sobre las sombras de la noche un inmenso manto de luz para deleite de los ciudadanos en general, sin tener en cuenta religión, raza o condición social; los pueblos y las ciudades casi que compiten por ofrecer un número mayor, un haz más original, un destello mejor dirigido o una conjunción de claridad y música en perfecta armonía estética solo para admiración de propios y extraños, sin reparar en gastos y sin tener en cuenta la efímera importancia que tienen las luces cuando son para cumplir con una regla inventada y nunca para construir o solucionar algo.
Si en esta Navidad apagamos las luces artificiales para estar un tiempo oscuros y destinar los
estipendios a cubrir las perentorias necesidades de aquellos que sufren las consecuencias de una devastación climatológica, si esto hacemos también estaremos celebrando el nacimiento de Jesús, pero de un Jesús más humano, más solidario, más hecho a nosotros, porque tal vez el nuevo Jesús esté entre los muertos o entre los desaparecidos en las tormentas o quizá entre los familiares que padecen el horror sentimental de la desgracia.
Pero no será posible, al sistema no le interesa apagar las luces, se le quejarán las masas de comerciantes que pululan con sus derechos alrededor de las claridades, se revelerán quienes se encargan de colocar los artefactos eléctricos, montará en cólera la gran pléyade de negocios abiertos en honor de las fiestas y romperán los esquemas los desencantados con estas ideas absurdas que impiden la buena marcha del bondadoso sistema que nos hace más felices porque podemos olvidar a los fallecidos, a los dañados e incluso al Jesús naciente para engolar nuestra fantasía en la sorpresa de una luz más fuerte que mañana no será ni recuerdo.
Ramón Llanes. 1.11.2024.