RAMÓN LLANES
sábado, 30 de noviembre de 2024
EL LAGUNAZO
EL LAGUNAZO
El Lagunazo -que es una laguna grande o un lago con aires de grandeza- no es solo un lugar de agua, que allí se hizo vida de minería durante mucho tiempo, se practicó la búsqueda de manganesos y piritas, que allí vivieron muchos de los primeros pobladores de la historia reciente de Tharsis, allá por los finales del siglo XIX y principios del XX. Y no solo fue una mina, que también se conservó la curiosidad del asentamiento humano con una estructura arquitectónica en forma rectangular, perfectamente dividida por calles de piedra de la zona con una plaza central y amplitud sobrada para la estancia. El sitio es completamente llano, el cielo siempre se dijo por los antiguos habitantes que era más azul y también cuenta la leyenda que existe un tesoro escondido debajo de su tierra tal vez de ascendencia romana. Hoy sigue siendo un lugar bello, un campo abierto donde habitan los pájaros y donde esa armonía está amparada por una corta de mina como resquicio de su explotación anterior, por un viejo puente de construcción romana pero ya reforzado durante la década de los 60, por el inmenso pilón de agua hecho de piedra y en perfecto estado de salud estética y, cómo no, por el dique, siempre abasteciendo de buen agua a la agricultura actual. Amar aquellos pagos no es difícil porque expresan la función del tiempo en la naturaleza y la nostalgia del ser humano por su esbelta y preciosista estampa. A quienes allí vivieron -si alguno quedare- dedico estas letras con una miaja de ternura.
Ramón Llanes. Tharsis 30.11.20924
viernes, 29 de noviembre de 2024
ME SE OLVIDÓ
miércoles, 27 de noviembre de 2024
COBRAR POR VIVIR
COBRAR POR VIVIR
AHORA QUE NADIE ME VE
AHORA QUE NADIE ME VE
martes, 26 de noviembre de 2024
EL CASINO
EL CASINO
DICEN DE TI
DICEN DE TÍ.
LAS VERDADES QUE TIENEN LAS MENTIRAS
LAS VERDADES QUE TIENEN LAS MENTIRAS
La
frase del título es una auténtica aberración porque en la realidad de las cosas
las mentiras no tienen verdades, es así de claro y evidente. Sin embargo esta
regla no es aplicable en política donde cualquier mentira puede convertirse en
verdad para muchos o para todos dependiendo de la génesis de la misma. Para
Lolo serán verdades todas las mentiras que tengan su origen en cualquier
conversación o aserto que se le ocurra a su partido I.D.O y nunca será verdad
alguna verdad que pronuncie el partido contrario A.R.I.O, al igual que para
Lola siempre serán verdades como puños todas aquellas que procedan de su
partido A.R.I.O y serán mentira todas las verdades nacidas de bocas de miembros
del partido I.D.O. Y así hasta un infinito de posibilidades.
La
política disgrega, enmascara, inventa, disimula y miente a su razón porque
maneja unos códigos de conducta distintos a los nuestros y siempre una verdad
puede ser mentira para uno y verdad para otro. Hoy martes -por ejemplo- no está
lloviendo en Huelva a las 12,30 horas pero esta no es una verdad del todo
cierta, han mirado el cielo Lolo y Lola y no se ponen de acuerdo a pesar de que
los demás -quienes no son culpables del embuste- observemos que hay un sol
radiante y no se ve una nube desde Cardeñas a la Punta del Sebo ni desde Isla
Chica a Saltés. Pues alguien está viendo nubes y asegura que el agua de lluvia
corre Pablo Rada abajo inundando la Plaza de las Monjas. Y como lo han dicho
Lola y tropecientos más se acuerda en asamblea que son las 12,35 horas del día 27 de noviembre y llueve en Huelva.
Unos lo creerán sin mirar para arriba, otros mirarán un rato hacia arriba y lo
dudarán pero nadie se atreverá a contradecir a la asamblea.
La
mentira ha creado sus cauces de protección en los partidos y el personal más
incrédulo se acostumbró a llevar paraguas todos los días del año para no
molestar a Lolo o a Lola. Acuerdan otros en la clandestinidad de la taberna que
debería prohibirse la mentira pero eso es imposible, ¿de qué vivirían los
políticos?. Amigo, no me lo tome a mal y procure no acostarse tarde.
lunes, 25 de noviembre de 2024
QUÉ DICES
QUÉ DICES
Sorprende observar los códigos
que mi pueblo usa para su mejor estado de comunicación y convivencia y aquello
que pudiera parecer una amable pregunta se convierta en un saludo; ocurre en mi
comunidad que un “qué dices” (que por aquí se sesea haciéndolo “qué dises”)
viene a ser una bienvenida, un hola, un cómo estás o el más insignificante de
los abrazos. Esta expresión solo tiene vigencia de utilidad con las personas de
más cercanía, con los vecinos, los parientes y cualesquiera otros con los que
se fundan las confianzas. Son formas de acercarse, además de saber más de quien
ha llegado cuando se produce el encuentro en tiendas o lugares de estancia. Y
tal saludo presenta incluso la curiosidad de su empleo principalmente por
mujeres, siendo escaso entre los hombres, y sucede en círculos conocidos y siempre
culmina con una continuada conversación propia de la relación de afecto que
transita entre las personas del mismo núcleo social. Ello viene a corroborar la
importancia de las expresiones que se inventan para un mejor estado de
entendimiento y bienestar y a su vez, casi sin pretenderlo, enriquecen el
lenguaje y activan el vivir.
Ramón
Llanes. 26.11.2024
HORAS MUERTAS
HORAS MUERTAS
El tiempo, ese prodigio de la vida,
criba toda memoria; el tiempo es el dueño de la anarquía y de la soledad. Las
horas le transitan y le miden las distancias, siempre ajenas a la libertad y al
acomodo; las horas nunca bostezan ni se retrasan ni se quejan, cumplen con el
devenir en un absoluto silencio. Están vivas hasta que una exigua pereza
dominadora las hace muertas para conformar idiosincrasias del ocio.
Horas muertas en los entornos de las
tardes del estío, como rito y adoración
a las dolencias del sopor que alientan la apatía y convierten en inocuas
las esperas hasta que al sol se le ocurre desenfrenarse y colaborar en la
inercia para rumiar la actividad y desadormecer los músculos, tan ineptos en
las sombras, tan placenteros en el sosiego. Parece que todas las horas son
muertas en momentos determinados, que el tiempo se ha dormido y los solícitos
humanos dejan de actuar al compás exigido, ajenos a la importancia de la escena
y cansados de dedicarse a solventarles el bienestar a unos pocos, tan tardíos
en despertar y tan calmos en el vivir.
Dicen los mayores que las horas son
para el confort, para domesticar los fracasos y distinguir mejor lo soñado de
lo real. Las horas -supongo- intervienen en los ciclos y los hacen extensos o
cortos, los desafían, los deterioran o los dignifican.
viernes, 22 de noviembre de 2024
GALLINEROS
GALLINEROS
En algunos pueblos mineros de
nuestra amada geografía andevaleña el arquitecto diseñaba la casa con sus
pequeñeces y sus estilos coloniales al mismo tiempo que, justo enfrente, dibujaba
un gallinero como un anexo obligado por la exigencia de la costumbre; casa y
gallinero presidieron las calles con orgullo y fundamento; la casa para
habitarla, el gallinero para pocas gallinas -a veces ninguna- y para desahogo;
el cubo, el brasero, el picón, la badila, la tarima y tal vez algún cacharro
más tenían allí su hueco asignado, nada más cabía en tan mínimo cuchitril, nada
de lujos, que la puertecilla apenas llegaba a los 80 cms, la altura un poco más
y el espacio general interior lo suficiente como para no entrar de pie ni
permitir otros enseres que los descritos; pequeño y todo no era permitido que
la idea de vivir fuera cómoda sin el gallinero, era filosofía social instalada
en la estética y en el sentimiento, no se concebía de otra manera.
Aun se conservan gallineros para
estos usos que dieron antaño un aire singular y notorio objeto de tanta
originalidad como para ser estudiados por gentes venidas de otros lares, que
por aquí no gozaba de prestancia, solo de grata utilidad.
Ramón
Llanes. Tharsis 23.11.2024.
DISTINGOS
DISTINGOS
Para huir de distingos hice la memoria,
me até con versos las sandalias, con paciencia
el pecho, de urdimbres marqué el dolor
que me recuerda la intolerancia,
nadie a mi alrededor es más que mi sueño,
nada es más pequeño que el mar,
ni las pinzas que aguantan las nubes ni las ráfagas
de los vientos ni las miradas que nos perdieron
ni las voces que nos arden ni las pasiones impresas.
Nada huidizo adrede domina mi garantía,
que de manos de moliendas nuevas,
chubascos, curiosidades, empatías
y grecas de salón
se han formado mis estampas;
que de cobertores de iguales anchos
y alma nodriza son las sedas
en los recortes, que de piel es el amor;
para que cuando visiten mis tripas
me encuentren hombre-mujer-sal-prisa-ventana-edad,
sin preguntarme.
Ramón Llanes.
(De la Antología por la Igualdad NO SE VAN A ORDENAR SOLAS
LAS COSAS).
miércoles, 20 de noviembre de 2024
ALICANTINA
ALICANTINA
Quienes son de edad ya avanzada y han ocupado gran parte
de su tiempo en las amables laderas del Andévalo recordarán esta expresión popular
de “fulana tiene mucha alicantina”; y la referencia a este raro vocablo
surgía cuando cualquiera se presentaba en la barbería, el mercado, la taberna o
la farmacia con un fácil desparpajo, una insistente conversación y una idea
fija y astuta en el intento de engañar a alguien. Tal era el protocolo habitual
que descubría a este tipo de personajes, ya fuera Pepa o Basilio, que pululaban
en los contornos abiertos de la vida por aquellos anchos andurriales. Las
personas con alicantina determinaban una venta, un trueque o una treta con el
empleo de su palabrería y gozaban de cierta comprensión y respeto aunque por la
espalda se le estuviera tachando de mentirosa. Así se me vienen hoy a la
memoria estas ambrosías del lenguaje porque ya hace mucho que se extinguiera y
no me apetece que siga esa corriente de la pérdida porque bello o absurdo forma
parte de nuestro patrimonio con todo derecho.
Ramón
Llanes. 21.11.2024
CUESTIÓN DE SOMBRERO
CUESTIÓN DE SOMBRERO
Convencer
al carnicero de su adecuado plante para usar con cierto porte la prenda del
sombrero no se hizo tarea fácil dada la aversión de este por encasquetarse
“cosas tan raras en la cabeza”. Siempre entendió que no guardaba la medida
exigida o que su careto no combinaba con elemento de tal prestancia muy a pesar
de los consejos médicos tendentes a su uso quizá como protector a su delicada
piel. Aquel mediodía estuvo osado y accedió a probarse, no sin incomodidad, un
sombrero que portaba otro de los contertulios, profiriendo su desconsideración
en tono despectivo enterando a la concurrencia de lo mal que a su testa le
sienta el sombrero.
Con
la sorna propia de estos legos de taberna y gente de guasa perenne en las
entrañas, se convino en dar por elegante la figura que el carnicero presentó
una vez hecha la prueba y surgieron espontáneos aplausos simbólicos a modo de
aquiescencia que mostraron empatía con la consigna de seducir suficientemente
al carnicero para que de una vez se aliara con esta tan útil costumbre y así
mejoraba su estética. Se le aseguró que tendría más éxito en los tratos
sociales con compañeras, amigas y conocidas en general a fin de conseguir ese
soñado y esperado amor.
Advirtió
el susodicho matarife que sus círculos sociales solo son de hombres, listando
los amigos del fútbol, los del club gastronómico -que se reúnen una vez al mes
para acabar con el tinto previsto-, sus colegas del golf y para de contar. Es
imposible que en tales tenderetes encuentre al menos una boca que llevarse a la
vida, siendo además admitido que su estructura física nunca le favoreció este
tipo de relaciones.
Quizá
con el sombrero le cambien las cosas al excelente ser humano que es el
carnicero y pueda encontrarse de frente con alguien del sexo opuesto que le
mire con cuidado y admiración, le meta en la vereda corta y le atosigue con
arrumacos hasta convencerle que no es el adefesio maldito de la historia ni
suele ser tan importante el ser guapo. Se quedó con la copla, esperemos que los
resultados sean los esperados y nuestro amigo encuentre compaña y bienestar.
martes, 19 de noviembre de 2024
EL PUENTE DE LA LECHERA
EL PUENTE DE LA LECHERA
HA BAJADO EL SOL
ha bajado el sol
He
perdido la crecida del agua
en
los inviernos,
ha
bajado el sol más de la cuenta
y
estoy aquí, atravesado por la vida,
solitario
y endémico,
intentando
renacer desde la última ceniza
de
un fuego que no arde.
No
consigo desposeerme del mito que has creado,
no
existes en mi alcance de mortalidad.
Me
iré con la insolencia de haberte amado como hombre
y
lo escribiré en la hoja parda
de
un otoño sin historia.
Rllanes. (De Fábula del Vacío)
lunes, 18 de noviembre de 2024
EL PASO DE LAS LUCES
EL PASO DE LAS LUCES.
A LA MEMORIA DE LARRA
A la memoria desgraciada del joven literato
A Mariano José de Larra.
Ese vago clamor que rasga
el viento
es la voz funeral de una campana;
vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana.
Acabó su misión sobre la
tierra,
y dejó su existencia carcomida,
como una virgen al placer perdida
cuelga el profano velo en el altar.
Miró en el tiempo el porvenir vacío,
vacío ya de ensueños y de gloria,
y se entregó a ese sueño sin memoria,
¡que nos lleva a otro mundo a despertar!
Era una flor que marchitó
el estío,
era una fuente que agotó el verano:
ya no se siente su murmullo vano,
ya está quemado el tallo de la flor.
Todavía su aroma se percibe,
y ese verde color de la llanura,
ese manto de yerba y de frescura
hijos son del arroyo creador.
Que el poeta, en su misión
sobre la tierra que habita,
es una planta maldita
con frutos de bendición.
Duerme en paz en la tumba
solitaria
donde no llegue a tu cegado oído
más que la triste y funeral plegaria
que otro poeta cantará por ti.
Ésta será una ofrenda de cariño
más grata, sí, que la oración de un hombre,
pura como la lágrima de un niño,
¡memoria del poeta que perdí!
Si existe un remoto cielo
de los poetas mansión,
y sólo le queda al suelo
ese retrato de hielo,
fetidez y corrupción;
¡digno presente por cierto
se deja a la amarga vida!
¡Abandonar un desierto
y darle a la despedida
la fea prenda de un muerto!
Poeta, si en el no ser
hay un recuerdo de ayer,
una vida como aquí
detrás de ese firmamento...
conságrame un pensamiento
como el que tengo de ti.
José Zorrilla.
domingo, 17 de noviembre de 2024
TOLONDRÓN
TOLONDRÓN
Un tolondrón es un tonto elevado
al cubo con una especie de pedigrí que le concede un plus de enajenación mental
superior al resto, un “acarojotado” -sin apariencia externa alguna que lo
distinga- que sienta cátedra cada vez que expresa una vulgar expresión como si
fuera el dogma más importante de la humanidad; un aturdido que no sabe si
despertar y dormirse es lo mismo y que se aferra al tópico de que “quien dice
lo que piensa está en lo cierto”; un alocado admitido por los sistemas a pesar
de conocerse sus constantes desvaríos en opiniones de suma notoriedad y actos
que llevan a dañar la configuración social a la que le permiten pertenecer; un
auténtico tolondrón lo encontramos a menudo en los telediarios y en la prensa
porque ocupan cargos y gustan del famoseo y porque esos suelen ser sus medios
más adecuados para su reproducción y desarrollo y allí se evitan estar en
peligro de extinción. Para mayor fatalidad del mundo que lo sufre el tolondrón sabe
cómo contar sus caudales pero desconoce cómo aplicar la ética.
Y no se perciben signos de
caducidad.
Ramón
Llanes.
LA GUITARRA
LA GUITARRA
Dos
veranos atrás promocioné clases de guitarra para niños en las tardes plácidas
del estío, llegando a ocuparse del aprendizaje Roberto, Mario, María y Dani,
quienes empezaron con tantas ganas como si tuvieran que aprenderlo todo en un
solo recreo. Las clases siempre estaban programadas antes del baño en la
piscina y eso les concedía un plus seductor para los niños, que a su hora,
comparecían a fin de cumplir las dos misiones. El progreso no era poco. María y
Roberto se consolidaron como los más interesados en las notas, Mario duró lo
que dura un verano y Dani tardó tres días en aburrirse. Ese fue el panorama en
el primer curso. Al verano siguiente solo María quedó en la clase y aprendió lo
suyo, los otros pasaban, iban, venían pero jamás ocuparon el banco de aprender.
Ayer
me llega un video donde Dani toca acompasadamente la guitarra, dejando caer
aquella coletilla de “abuelo va a flipar cuando me vea”, y así es como he
llegado a este momento donde escribo esta historia menuda para mis enumerados
recuerdos.
EL PECADO
EL PECADO.
Don Juan José se desvistió
precipitadamente de la casulla roja y sin realizar la genuflexión ante el
altar, como era costumbre en los ritos eclesiásticos, corrió hacia la puerta de
entrada de la nueva iglesia, aún con feligreses en su interior, perdiéndose en el llano tosco
que rodeaba el recinto sagrado donde Mariano intentaba perderse del acecho
intuitivo del cura, sin poder huir más de lo previsto en un niño de ocho años.
Don Juan José tenía unas enormes piernas largas, un cuerpo atlético y, sobre
todo, una desorientada pulcritud que le dio alas en aquella aventura de cazar
al niño una vez terminada la misa de la tarde.
Y Mariano cayó en las manos blancas del
párroco, llevado al confesionario por obligación, ante la sorpresa de las beatas y confesado y perdonado de
todos los pecados que le cabían en su conducta. Tres padrenuestro, el avemaría
de rigor, el arrodillado ante la imagen de la virgen de Fátima y dos lágrimas y
media para despistar fueron la condena católica al pobre niño Mariano, famélico
y travieso más por devoción que por edad.
En la misa de tarde los monaguillos no
cortaban la armonía de sus juegos por la preparación de los corporales o las
vinajeras y seguían ritmo de travesuras,
mientras Don Juan José rezaba en su breviario negro escrupulosamente manoseado
y no reparaba en los entresijos de la sacristía; cuando este llegaba para
iniciar la vestimenta los monaguillos
escondían la risa y el murmullo presentando la cortesía propia del momento,
dado el carácter irascible del cura en las cuestiones del orden y la disciplina
en torno al altar. El templo era lugar de reverencia y adoración a Dios, lugar
sagrado, lugar de silencio, -solía decir-.
Las tardes de mayo, largas y sabrosas
en correrías para los niños, permitían algún desliz de escondite antes de cenar,
después de la misa. Para ellos todo era rapidez y desasosiego, querían salir a
la tarde a enfrascarse en ella y acabarla, les importaban poco la ración
mística, los latines y los sermones, estaban allí por prescripción paterna y
había que cumplir el expediente de la forma menos llamativa, que don Juan José
era generoso pero tendente al enfado con mucha facilidad.
Finalizada la misa de aquella tarde de
mayo los monaguillos advirtieron al cura que Mariano comulgó sin confesar.
Pensó Mariano que el pecado era también una continuación de los juegos de la
tarde.