QUÉ DICES
Sorprende observar los códigos
que mi pueblo usa para su mejor estado de comunicación y convivencia y aquello
que pudiera parecer una amable pregunta se convierta en un saludo; ocurre en mi
comunidad que un “qué dices” (que por aquí se sesea haciéndolo “qué dises”)
viene a ser una bienvenida, un hola, un cómo estás o el más insignificante de
los abrazos. Esta expresión solo tiene vigencia de utilidad con las personas de
más cercanía, con los vecinos, los parientes y cualesquiera otros con los que
se fundan las confianzas. Son formas de acercarse, además de saber más de quien
ha llegado cuando se produce el encuentro en tiendas o lugares de estancia. Y
tal saludo presenta incluso la curiosidad de su empleo principalmente por
mujeres, siendo escaso entre los hombres, y sucede en círculos conocidos y siempre
culmina con una continuada conversación propia de la relación de afecto que
transita entre las personas del mismo núcleo social. Ello viene a corroborar la
importancia de las expresiones que se inventan para un mejor estado de
entendimiento y bienestar y a su vez, casi sin pretenderlo, enriquecen el
lenguaje y activan el vivir.
Ramón
Llanes. 26.11.2024
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