ESTÍO
El estío llega sin ropas, con el sol puesto y la larga mirada pendiente de los horizontales ocasos, llega a bordar las tardes y hacerse líquido que hidratará los cuerpos, el alma le agradecerá muchas cosas a sus guiños amables; verán cómo son más estirados los días, más sombreadas las esquinas, mejor dispuestos los ratos, nada impedirá que el sueño de una noche de verano vuelva a cumplirse con estos entresijos y hasta la voluntad, el buen humor y la vida serán agnósticos de fríos con sobras de ganas. Ponga un tiempo calmo en sus pestañas, hágale risas al acomodo de las horas tardas y grite a la luminosidad como si fuera suya y estuviera esperándole, hágalo. Desde la parte de tierra que ocupo me felicito por estar presente en este nuevo estío y poder gozarlo.
Ramón Llanes.
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