LA BODA

LA BODA

La boda pudo ocurrírsele a Pablo y Andrés o a Nina y Lola pero la idea fue de Carmen y Lorenzo; lo celebraron en dinastía de amor, con ritos nostálgicos, madrina y padrino, invitados en abundancia, arroz desmedido, chaqués, trajes preciosos, novia con vestido de blanco roto y guirnaldas en el pelo, novio despeinadamente en bello desenfado, música de amigos con un Te Deum rítmico con voces de graves subidos, acordes de luces y adornos de iglesia, liturgias al modo de Edad Media caduca y coro de ángeles con órgano; una boda, dígase, con un máximo de excelencia en protocolos y glamour, un derroche, una ostentación, mil caprichos.

Bien pudo haberse celebrado con Pablo y Andrés con toda su efusión o con Nina y Lola en el más alto grado de verdad, de amor y de importancia y cualquier figuración en los personajes nada hubiera extrañado y la normalidad se notara en el perfil de la boda un paisaje de flores entre ceremonias y sonrisas sin destacar los besos de los contrayentes en edad, sexo, abrazos y emociones, de lo demás nadie escribió, acaso alguien pensara que avanzamos.

Ramón Llanes. Agosto 2023.