RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 30 de septiembre de 2025

EL SOL PRIMERO

 EL SOL PRIMERO

Acaso la ventana para emprender un viaje oportuno a los sitios del agua y a las oquedades del tiempo que nos tocó ocupar; acaso escondernos de las pistas cotidianas. Este sol primero tan estival como atrayente es el misterio por donde empezar a compartir nuestros proyectos ciudadanos y personales. De aquí al infinito de cada cual y de todos.
Estas páginas se abren hoy a todos los aires, con el buen gusto por lo bueno, con la delicadeza de saber contarlo con bondad y con el mimo a dedicar a esta bondadosa tierra todo nuestro desparpajo y nuestra versatilidad. Seremos como soldados de la palabra en un intento continuo por transmitir fuerza y lealtad.
Cuando este sol primero caiga en el amanecer, oiremos juntos el silencio de la marisma contarnos labores de redes llenas y cuando el sol primero se vaya con el mismo silencio por el horizonte cálido, volveremos a estar encintados a la sensualidad de estas emociones.
Y en esta ventana procuraremos celebrar festejos de Huelva y engancharnos en el intento de mejorar este páramo tan sutil y majestuoso al que pertenecemos. Nuestra vieja Onuba será nuestra mejor referencia y sus onubenses acamparán con todas las verdades hasta que la ría exporte la veleidad y los compromisos.
He venido a ello, a estar, ocupar mi lugar de peonaje en este sol que me propondrá siempre un estoico valor para el empuje, decir cuanto el pensamiento me inspire y apegarme más aún a esta espiral de honestidades que hoy reinventamos.
RAMÓN LLANES



A COMPÁS DE VIDA

 A COMPÁS DE VIDA.

(Microrrelato real)
Finalizada la tarea el capataz invitó a todos -con halagos por la buena faena- a entrar en las dependencias de la casa donde un servicio de personas gratas ofreció una fría copa de vino y unas aceitunas majás; siguieron los platos de gurumelos revueltos, las turmas con arroz, la chacina de la última matanza, revoltillos, un exquisito potaje con todos sus avíos, guitarra, fandangos y una celebración al modo del terruño.
Sebastián permaneció sentado sin probar alimento. El capataz se acercó y echándole el brazo por encima en señal de afecto le reiteró la invitación siendo de nuevo rechazada dando las gracias por todo y sufriendo con pudor porque nada de lo servido era de su gusto, a lo que el pobre capataz se atrevió a espetarle: “entonces a ti qué te gusta, mote?”, sonando a compás de vida una general carcajada.
Rllanes.

UN GODO EN EL PARAÍSO

 

UN GODO EN EL PARAÍSO

 

           

            Los godos, - así nos llaman en Canarias- no superamos la dificultad de la distancia y todo nos parece lejos o imposible hasta que la azafata nos anuncia la inminente llegada al privilegio de las islas; entonces las piernas comienzan a perder su estado flácido, se superan del susto de la altura y de la “jindama” de la velocidad y se hacen a tierra firme en poco rato, quizá animadas por la premonición de cuantas experiencias vivirán en un lugar nuevo adonde la vida les deja sin horas para la parsimonia, el sosiego o la quietud. El alma es otra cosa, ya vino dispuesta a las emociones y se supo feliz desde el encargo del billete, posee sus resortes espirituales y una voluntad hecha a las arritmias, a los paisajes y a los encantos con la determinación de un solo pensamiento. En los mayores se nos restituyen las máximas esencias para distinguir con perfección lo abúlico de lo sorprendente, maneja sus códigos con la garantía de la memoria sin necesidad de librar batallas íntimas para la toma de decisiones, el alma siempre sabe a dónde mirar y de quién fiarse y el alma vieja conoce los resultados antes de producirse, esa es su grandeza. Y con organizada certeza era consciente de obtener un arsenal de recuerdos para el cajón de sus entusiasmos en estas islas y poder rumiarlos a cuerpo de rey en toda la retahíla de tiempo que quedara en el calendario, que cuando se llega a una edad indiferente -referida a la despreocupación por lo banal y lo caduco- prima el culto al futuro sencillamente como herramienta para desmenuzar el pasado con la solemnidad que este requiere.

            El primer olor fue de Vegueta, fragancia a flores con estética grandiosa de esterlicia recién reflejada en las aristas grises de las paredes del barrio, una ocupación de seres amables acentuaba la sensualidad y el aspecto prosaico, el lumen directo, la actividad no culpada por la prisa y la calidez de cada contacto nuevo formaban más que el ámbito deseado. El atardecer nos llevó a un tenderete alto donde las músicas mezclaban sonidos de Isas con melodías de guitarras y placeres culinarios en una casa medio mesón, medio restaurante, sin ostentosos signos de lujo pero con tesoros escondidos de gusto y comida del lugar. Cantó Sergio sus razones de pasión  a la tierra, cantaron los otros que personaron su ideal en expresiones populares, cantamos todos, los unos de acá, los de allá y los visitantes curiosos que se agregaban al boncho, y entre copa y risa, entre deliciosa carne y ambrosía de trato cantó la noche sus despedidas calurosas y fuimos enganchados por la sutilidad de la melancolía; habíamos descubierto el alma canaria en su plenitud y nosotros nos habíamos descubierto en esta conjunción de seres que son buscadores de hilos de vida, de silencios cantados, de verdades; Y a cada paso la fragancia constante de los guisos autóctonos, el tipismo, la linda expresión canaria, los soplos tenues del viento, las sensualidades. Y estar, y comer, y otra vez comer, como si comer y probar aquellos caldos nunca se acabara;  hasta que alguien ordenó “mandarse a mudar” transcurrieron mil horas de placer ingenuo y de ebriedades en aquella casa tan abierta a los sentidos del disfrute.

            Para acabar sin premura los andares por aquellas noches benignas y programar con anfitriones expertos en amistad una visita al entorno panorámico de la isla. En verdad también recordamos curvas y acantilados para suspendernos en las excelencias del medio, el paisaje agreste y puro, desconocido e impresionante, el paso por la imagen preciosista de Arucas donde los amigos hablaron de ron, del patrimonio catedralicio, de la historia y de los encantos; hicimos ruta de pasar y de vivir, el Teror artesano, la bienmesabe Tejeda y la indomable presencia del Roque Nublo con sus leyendas a las espaldas y sus menesteres cotidianos. ¡Cuánta delicia encerrada!, ¡qué diseño de naturaleza!.

            Nos llevó la aventura al Puerto de las Nieves en Agaete para cruzar las aguas hacia Tenerife en una mañana intensa de luz y ambiciones, hicimos la travesía con un viento ábrego, nos recibió la lisura armónica de un lugar magnánimo y nos recibieron también Manuel Ángel y Facundo, -uno godo y otro guanche- hombres de lírica en las venas capaces de enseñar de las cosas el anverso y el reverso. Todo no lo podemos recordar pero que la respiración se entrecortaba en cada repecho, que la sustancia emocional  crecía por minutos, que no supimos sentirnos desconocidos por tanto halago, que el paisaje llenó aún más el cuarto de las bellezas, eso está inscrito en la delantera de la memoria con letras amorosas y jamás se escaparán.

            No es posible hacer singladuras dejando en casa la nostalgia. Llegar a Tenerife era un viejo deseo convertido en realidad en ese marzo deseante inventado para nosotros con una definida magia. El Teide permanecía majestuoso, más sereno que en las postales, y caminamos del Puerto de la Cruz a La Laguna con una sonora vuelta admirativa por la Sabanda con el tarareo de las Isas; con la misión de recorrer esta parte del paraíso en una sola jornada y con el propósito desorbitado de no pocas sensaciones incurables volamos a los sitios hasta acabar tesos y yeyos como niños en una feria. Hartura de nada en las sienes cuando nos acercó la vida a contemplar desde el promontorio más alto el Valle de la Orotava, de allí nos pareció divisar todos los mares y empequeñecer todas las tierras, de allí surgieron los estigmas para la grabación definitiva de los recuerdos.

            Aún somos los viejos testigos de aquella lindísima aventura por Canarias, estamos en perfecta cualidad mental y física para transmitir a quienes lo prefieran estas notas de autor con sobrecogimiento y corazón; tuvo sus consecuencias el viaje para fortalecer el sentido estético del paisaje y de las cosas, aprendimos a reflejar la belleza en nuestras retinas y aprendimos a vernos reflejados en la naturaleza como seres inmersos en sus rasgos.

            La última sorpresa vino sobrecargada de gusto, los sentimentales cicerones, a sabiendas de ofrecernos deidades humanas, nos sanaron el cansancio con una cena para privilegiados en un espacio grato. Se encuentra El Tablón de la Canela -al menos allí estaba- en La Caridad, Tacoronte, mismo en las cercanías de aquella vida; un lugar dedicado al buen yantar y mejor beber, allí nos hicieron al placer de la gastronomía canaria con sus sabrosos paladares en vinos y en exquisitas expresiones alimenticias, nos asentaron en el libro de sus honores, comimos como hombres y brindamos con la delicadeza de las mujeres. Algo así debe ser la felicidad -pensamos-.

            Prestos a la marcha, aún con el sabor en las entrañas y las risas en la emoción, aquel señor de etiqueta nos ofreció en una bandeja de plata un libro pequeño, un diccionario de la Lengua Española, cortesía de la casa para comensales distinguidos, ¡qué detalle!.

            A lo largo de todo este tiempo el Diccionario ha formado parte de mi herramienta y al lado izquierdo de mi escritorio permanece intacto y fiel conservando la importancia de una aventura; nada más usado y con más vigencia pulula por mis ratos de pensamientos y escritura.

            Desconocemos los recursos que utiliza el cerebro para mantener a su capricho las imágenes y los momentos que desea destacar y desconocemos si hemos sido nosotros -mi compañera y yo- los culpables de esta custodia pero es cierto que seguimos pensando -de aquel viaje a la dulce tierra de Canarias- que nuestros ojos y nuestro paladar se quedaron allí.



Ramón Llanes

lunes, 29 de septiembre de 2025

COTARRO

 COTARRO

Dice el Diccionario de cotarro que se trata de una reunión de personas y que se usa en tono despectivo o festero o con cinismo; sus sinónimos son: tertulia, reunión, corrillo, corro, asunto, negocio, situación, etc. También refiere que es un conjunto de personas determinadas con características comunes, algo así como cuando se usa el cotarro político está alborotado. Siempre viene al caso en momentos de problemas; el cotarro debió inventarse en el lenguaje para designar algo perverso o complicado y en ese sentido esta palabra puede ser cualquier cosa porque se acierta si se le llama cotarro a una maraña o a un conflicto o tal vez a un fiasco. Y para añadirle más significados en Castilla se le llama cotarro a una loma o montículo. Ahí queda.
Ramón Llanes. 30.09.2025

CARTA DE AMOR Y DESEOS

 

CARTA DE AMOR Y DESEOS.

Amor, ya no me quedan fuerzas y me falla la memoria, solo tengo recuerdos de ti y se me agolpa la nostalgia, se me han borrado los rastros de las cosas más sencillas de ayer y tengo presente tu primer beso, el día cuando te pusiste la blusa azul, las tardes infinitas de paseo de primavera por los lugares menos exóticos del mundo pero que eran catedrales donde nos dábamos el “te quiero” a cada entrega, como si se nos volara el tiempo de los ojos y la calma nos comiera la pasión; de cuando te esperaba en la ventana de mis días solitarios y pasabas al mercado con aires de tímida princesa, de cuando la primera vez del baile en aquel sitio tan oscuro que para nosotros fue la luz más intensa o cuando nos parecía la realidad un teatro con el grupo de amigos y nos mirábamos a escondidas. Ha pasado por nosotros la vida, aún soy un sueño deseante de ti pero debo usar las gafas de lejos para husmear en la memoria y traer a este ritmo cansino aquella inquietud que tuvieran nuestras artimañas para poder vernos y querernos y rompernos de tanta caricia. Las hijas son ya estirpe hecha, los nietos abastecen de realidad el horizonte, nuestro tren amanece un día y otro en la misma estación a la espera de nuevos pasajeros o de nosotros mismos que intentemos cubrir las pocas singladuras pendientes. No hace falta mucho más para sentirnos felices, hemos cumplido con la existencia en demasía y con el honor sobradamente, le echamos un pulso a las tormentas y ganamos, jamás contarán de nosotros que debemos algo a la bondad o al empeño, alguien nos dio unas gigantescas fuerzas para vencer y ahora llevamos el estigma de la tenacidad en nuestras manos, déjame que te bese ahora por si mañana me falla la memoria. Te amo.

 

Ramón Llanes.


IMPORTANTE

 IMPORTANTE.

Hoy, que no celebramos cumpleaños ni onomásticas,
que no es el día del patrón de nuestro mundo,
que no tuvimos la suerte de cara con la primitiva,
que nadie nos ha dicho “te quiero” esta mañana,
que aún no se escapó la sonrisa que llevamos guardada,
que las noticias recibidas son iguales,
que la mirada que se espera viene con mucho retraso,
que los amigos siguen ocupados, que no es luna llena,
que no tenemos algo importante que hacer ni decir ni cantar.
Hoy que es un día normal, de otoño, soleado a medias,
un día para casi nada o para casi algo,
este hoy tiene la culpa de que tú y yo
estemos aquí con el futuro en el pensamiento,
porque tú y yo ocupamos este espacio
y somos lo puro e importante de él en la normalidad de vivir,
de amar y de encontrarnos
para perseguir la Paz en esta jungla de maldades.
Ramón Llanes.

UTOPÍA

 utopía

El placer por llenar, los zapatos rotos,
la vista cansada, la envidia sin estreno,
la cena fría, el invierno cálido, la libertad desnuda,
la incomodidad presente,
detrás de los deseos resuena siempre
un viejo hálito maligno
que estropea los proyectos.
Delante de la vida siempre alcanza a más
la utopía que los sueños.
Rllanes. (De Fábula del Vacío)

domingo, 28 de septiembre de 2025

DICEN DE HUELVA

 DICEN DE HUELVA

En el relato que descifra la idiosincrasia del onubense destaca siempre un adjetivo tan avergonzante como irreal. La apatía -dicen- define al onubense, y ha conspirado este vocablo con nuestra identidad desde tiempos ya olvidados quedando como rémora un “premio” inmerecido cuyos sinónimos no son halagadores y precisan de un repunte ensayístico que lo destroce, a cuyo fin me apresto sin certeza de poder lograrlo.
Y digo que tras haber conseguido llevar a cabo la gesta más gloriosa de las historias, arribando a mundos desconocidos, no pueden esconderse seres apáticos. Y no es con apatía como se crea y conserva el mito del patrimonial fandango como elemento cultural expresivo y de identidad de nuestra tierra. Y para poner en competencia mundial un Puerto de gran importancia en todos los órdenes no se han requerido -digo- muchas dosis de apatía, si no más bien de todo lo contrario. Y aunque sea don natural, pecarán de osados si tachan de apáticos a quienes tienen el privilegio de poseer y conservar uno de los litorales marinos más bellos de la tierra. Y de incultos a quienes nombren nuestra apatía al hablar de Doñana. No ha de entenderse que los ciudadanos de una provincia que crearon y mantienen en perfecta armonía el jamón como mejor manjar del mundo, es una provincia llena de apáticos. E igual ejemplo digo sobre el otro manjar que extraemos de nuestro más cercano mar, nuestra gamba, que tanto sinsabores nos quita. Y reitero que una provincia donde se comenzó la moderna industrialización con el empuje de las minas, llegando a tener notoriedad a nivel mundial, no es la apatía su adjetivo de identidad. Y también para desterrar los tópicos de esta lacra tan creada que hasta nosotros mismos nos creemos, nombremos a Vázquez Díaz, a la Rábida, a El Rocío como manifestación etnográfica de interés único, nombremos las romerías de El Andévalo, contemos que en Huelva se jugó por primera vez al fútbol en España y que su equipo es el decano en este universo; nombremos las excelencias paisajísticas de la Sierra y del Condado, el Dolmen de Soto, Niebla, Almonaster, la Gruta de las Maravillas y esos mil patrimonios más que sería exagerado nombrar y que dejamos en su memoria. Sin embargo quiero restregar con más fuerza a quienes nos llaman apáticos que en esta soberana tierra nació Juan Ramón Jiménez uno de los más ilustres poetas que ha dado la humanidad.
A partir de ahora no se permita que desconocidos incultos y ajenos a nuestra historia y a nuestro arsenal de encantos, digan que Huelva es una provincia caracterizada por la apatía, porque estarán faltando a la verdad y dañando nuestra identidad. Un respeto.
Ramón Llanes



A LA VIDA

 A LA VIDA.

A las hormigas que forman mi equipo,
a las personas que no conozco,
a las devociones que nunca adquirí,
a los desafortunados en la enfermería,
a los amantes altivos soñadores e irreales,
a los niños sabihondos,
al minero que dejó de “zafrear”,
a la maldición de los golpes duros de la vida,
a las flores desentendidas pero bellas,
al placer de una siesta de verano,
a mi entorno de hijas,
a la voluntad que le ponen los perros al aprecio,
a los bebedores de vino,
a quienes pertenecen a alguien,
a quienes se miran al espejo y no se ven,
a las pausas cortas de tus silencios,
al almuerzo de sueños, contigo,
al valor de una caricia,
a quienes se han perdido el fuego de unos labios,
a quienes se olvidaron de amar,
a quienes no aprendieron a susurrar un “te quiero”,
a la vida que ocupo.
A esta luz intensa de amor que me sostiene el alma.
Rllanes. (De FÁBULA DEL VACÍO)

sábado, 27 de septiembre de 2025

SONANTA

SONANTA
Me asomé a la pantalla con el cuerpo medio musicado y recordé este noble instrumento que a tanto ha contribuido en nuestras alegrías, en nostalgias, en fiestas y en verdades. Sonanta es guitarra en mi tierra, en todo mi contorno y mi ámbito y sin embargo la RAE no la tiene admitida como tal, de ahí que me apeteciera más traerla a mis reflexiones linguísticas para hacerla valer porque la palabra es bella y responde al sonido que dulcemente expresa. En la conversación de varios amigos que se disponen a disfrutar de un rato largo de música se suele empezar diciendo: “saca ya la sonanta” y así comienzan las cosas de mezclas de cantes con amistad y con todos los ingredientes que acuden a sorprender amablemente a quienes se juntan para divertirse alrededor de una sonanta. Ahí queda.
Rllanes. 28.09.2025
Puede ser una imagen de guitarra

SONATA PARA DORMIR

SONATA PARA DORMIR.



En el espacio más íntimo de la noche

me espulgas y me duermo, por asumir contigo

el ritual de las caricias, por desmayarme

de pudor cuando atolondras las sienes

y emigramos al convento de la lujuria.

Tú, incandescente,

tú, indígena de furia, alobada,

tú, gacela entre los muérdagos, ligera,

tú, incienso sacro y con muecas jalde

en las sábanas. Me hieres, me endiosas, me colmas;

me devuelves a la santidad golfa del amor

cuando de tí me prestas el quíntuplo de placer.

Me hago el muerto y muero en la memoria

para vivir la última primacía del gozo,

me arrastro en los sueños, me alisto a la cobardía

vencido por la sonata de piel y besos que me ofreces,

antes de tí era la nada,

después de tí la eternidad es poco.

Tú, y las pócimas calientes de tus manos.


Ramón Llanes

DE LA PAZ Y DE LA MINA

DE LA PAZ Y DE LA MINA
La parte de nosotros que deambula
en la nostalgia nos pide el clamor
conjunto de la Paz, de la Mina,
de los pozos abiertos,
de las extendidas manos,
del barreno en el aire,
del abrazo en el alma;
nos pide un eco distinto
en la galería que evoque la Paz del azufre,
para agarrarnos Mina a la parte de ti que nos quema
las entrañas de nuestra obstruida pasión,
la parte de la Paz que nos inquieta la soberanía
del sentimiento. Hemos perdido toda la parte de la Mina,
toda la Paz en partes, todo entero el deseo;
a mucho de amarlas conseguiremos
alcanzar de la Mina su ajuste,
de la Paz su sistema, de nosotros el regazo,
de la vida
las míticas emociones.
Ramón Llanes.
No hay ninguna descripción de la foto disponible.

viernes, 26 de septiembre de 2025

NO SÉ QUÉ

NO SÉ QUÉ
Todo empieza a tener sentido,
uno a uno los refugios
han faltado a la verdad de su existencia,
el calmo tiempo
se compadeció de las noches,
una luciérnaga anocheció en mi jardín,
las horas se mueven,
mi madre está pendiente de mi vida,
todo tiene su sentido
como si hubieran huido los miedos
de la cara visible del horizonte
y estuviéramos esperando no sé qué
amnistía nueva para el humano.
Ramón Llanes.