EL FINAL DEL TOMATE
Es la hora de partir
y se hace el alma un nudo
porque no quiere ninguno
renunciar a este vivir,
porque las cosas parecen
que son de otra manera
y en esta tierra minera
la pasión nos enaltece,
nos hace sentirnos bien,
nos reímos si aparece
alguien que nunca venía
y nos alegra saber
que la Peña del Tomate
tiene renombre y valía;
aquí se habla del tren
de estaciones y de vías,
de eso sabe José,
y de huertos sabe más
que toda la Compañía
nuestro amigo Sebastián
que a todo huerto saltó
y en todo huerto dejó
su travesura grabá.
Y por hablar de estas cosas
se nos reconforta el alma,
solo tomamos dos copas
con exquisitos tomates,
estamos en paz y en calma,
nos embarga la nostalgia,
nombramos al malacate,
a la estación, a las cuadras,
nunca hablamos de caballos
porque no somos jinetes
pero a Manolito el Gallo
lo tenemos muy presente
y si damos un paseo
por tharsileños ausentes
se convierte Juan Tadeo
en nuestro fiel referente.
Y se hacen los momentos
más amables y menos largos,
entre recuerdos y tragos,
entre charla y sentimiento
se van pasando los días
sintiéndonos más contentos
y más ebrios todavía.
Que no reine la tristeza
porque se nos va El “Chascao”
que él mismo ha confesao
que si Don Carlos le reza
a la Peña en confianza
pronto quedarán censaos
con honor y con grandeza
al lado de mi cuñao
calle Costa, a su izquierda
o Cervantes a la derecha,
aquí serán Fita y Juan
habitantes de verdad
de los pies a la cabeza.
Ponemos el corazón
y no será despedida,
un hasta luego, mejor,
y así sabrás que Simón
te largará media bronca
que es su forma de quererte
para que sepas él siente
las ganas para que vuelvas
otra vez y para siempre.
Un verano que se acaba,
un Diego que ya se fue,
un Benito que también
cogió carretera y manta,
y quedarán solo tres,
Sebastián, Paco y José,
porque ya no viene Jara
y yo que también me iré
aunque me vuelva mañana.
Qué bonito lo vivido
en estas cuatro paredes
donde fuimos más amigos,
más risueños, mucho más,
ya sabemos degustar
el sabor de los tomates
que cultiva Sebastián
y por ganas que no quede
yo me comprometo estar
aquí el verano que viene,
que nadie falte, venid
que aquí la vida se gana
al ser nuestra tierra amada
quien nos cuida el existir.
Salud, amigos, salud
y un poco de bienestar,
ahora a saborear
con nuestra imaginación
todo cuanto se vivió
que fue un placer ganado
y cargado de emoción,
y a empezar a preparar
para el próximo verano
una experiencia mejor.
Y digo, como remate
con la mayor ilusión.
¡viva la Peña El Tomate!
Ramón Llanes
Tharsis 19.09.2025
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