HACIENDO CINE
Huelva celebra su edición 51 con todas las ediciones superpuestas en una película de trabajo y trabajo en pro de una fantasía que a la postre ha unido culturas entre hermanos esperriados por la lejanía de las orillas que han puesto lágrimas de emoción a esta tierra al estilo exigente del cine. La noble ciudad Onuba ha hecho de acogedora siempre, abrazadora y alegre para los suyos de otros lares. Le dejó de ser ajeno el ajetreo, los dejillos de los lados sur de América, la versatilidad de los personajes, el encuentro con los famosos. Huelva es ya un cine inmenso que llega desde Isla Chica al puerto, desde la Punta del Sebo a la Cinta, desde mar a Sierra.
Se hace el cine con el bordado artesanal y el guion escrito en una barcaza de la ría; se hace cine añejo, cine de pálpito, cine de culto, cine de emociones. Y los protagonistas son los hombres que miran y lloran, quienes no se asustan del miedo a perder el combate de la luz. Y va naciendo a este compás de vida un cine universal que enseña magia de esta tierra y voluntad de esta templanza.
Más que un festival Huelva es un escenario de cine, ahora, en este otoño con colores de capacidad y orgullo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario