NO
TODO SERÁ OLVIDO
Como
aquel primer sonido del primer alba, el estallido malvado de las
malvadas bombas que dolían tanto en la conciencia o aquella máscara
constante de seres humanos que pretendía parecer hombres que se
afanaban por conseguir la liberación de su miseria o todo el barullo
de mercadería alrededor de la guerra, solo para llevarse a Ricardo
Garcia y Javier Espinosa a taparles las agallas y la voluntad. Nunca
lo habrían conseguido, lo saben, pero primaba lo mediático para
conspirar contra la paz de manera tan inútil. Ya no, ya no están
confinados al miedo de los suyos porque la fuerza de una complicidad
les ha devuelto a su mundo de pensar, de fotografiar imágenes, de
abrazar hijos y de reír de nuevo.
Al
verles en la alegría del primer encuentro habremos pensado qué
recuerdos traen para romper y qué dolor para tapar; qué les habrá
ocupado la memoria, qué pensar se les morirá en los relatos, qué
de la libertad ausente se les quedará en el alma.
Ahora
son los nuestros héroes que nos robaron a punta de muerte y para
nosotros vienen como la parte de vida que nos faltaba en este
promedio de esperanzas que nos anima a crecer hombre a hombre. Ahora
no tendrán en la incertidumbre la pistola del odio dispuesta a
ocuparse de sus descuidos, se descuidarán en el hogar al completo
antojo e intentarán resarcirse de tanto golpe, de tanta maledicencia
y brutalidad.
Volverán
al trago de la tarea con las misma ejemplaridad de los voluntarios;
no les gusta el horror pero necesitan seguir contándolo para
exterminarlo. Y verán crecer los sueños de los hijos y de los suyos
y otra vez se irán a ponerle razón a los conflictos con la lealtad
al deber y a los principios, y se subirán a las nubes para divisar
de cuántos nudos de insensatez se hace la maldad y se bajarán para
contar cómo son las palabras y cómo las imágenes capaces de
impedir las guerras.
Y
se ocuparán de prescindir del recuerdo para que todo sea olvido.
Ramón
Llanes 30.3.2014.
publicado en digitalextremadura.com
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