CANSANCIO
El primer inquieto es el tiempo, deja pasar las horas, pone ambigüedad a las delicias y espera paciente que llegue al edificio humano la huella del cansancio; qué pocas veces se cansaron los padres a pesar de la escasez de ocios, cuántos desgaste sin una queja, ¿eran de otra especie?, ¿tenían más valor o más necesidades?, no supieron de vacaciones y casi nada de fiestas. No fue lo deseado, la evolución dirá que el avance ha sido grande, que ahora disfrutamos la vida, que somos protagonistas de nuestro mundo en primera persona y que se han superado aquellas épocas de mediana esclavitud que los mayores vivieron. Verdad, me lo creo, la sociedad se hizo mayor y surgieron adelantos en tecnología, en medios, en horizontes, en pensamientos, es mejor ahora, tenemos más, quizá amemos con el sentido puesto en las consecuencias, trabajamos menos, tal vez hayamos fabricado gigantes en la moda y el confort para disponer del tiempo a nuestro antojo, poseemos el control del mundo, somos felices, pero sigo preguntándome por qué nos cansamos tanto. Dígame usted.
Ramón Llanes 1 julio 2021
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