Ramón Llanes es
un poeta con una obra amplia. Aparte de los muchos libros editados, de los
premios que cosecha y que reafirman una vez más su calidad literaria y su
pasión, Ramón Llanes también es una puerta inmensa al poema, una puerta que
abrió de par en par para que fuésemos entrando, en esta casa que es la poesía,
todos los poetas y las poetas de Huelva por la paz.
Solo un hábitat fértil donde crezcan antes
Las risas que los credos,
Donde se haga de noche
Sin sobresaltos.
Ramón Llanes
no es un poeta cualquiera, puede que se perdiera en la noche de los sueños un
actor maravilloso, pero tuvimos la suerte de disfrutar a cambio de un autor
onubense que será recordado por mucho tiempo.
Se recuerda lo
que asciende, lo que se eleva, lo que va siempre en progresión hacia un periplo
indeterminado, pero atrayente, y él se siente hechizado por el horizonte de la
vida, bajo el influjo de la literatura, como una matria tierra, como si las
musas le cantaran solamente a él.
No sé si
alguna vez intentó taparse los oídos como poeta, pero cayó en la trampa,
dejándose llevar por la música del poema, como si fuese un canto venido de las
siempre enigmáticas sirenas de Ulises.
Los
locos mandarán en este ágora,
serán los pájaros ministros del aire,
los mudos, ministros de las palabras,
los maricas y las lesbianas, y los
románticos
dirigirán el ministerio del amor.
Ramón es como una
corta minera a cielo abierto donde resuena el eco de un poema, un mago que por
medio de palabras nos muestra su pirita, el oro que puede llegar a rezumar las
frases, él las zarandea, las alcanza, teje el mundo de las letras dando cuerpo
al calificativo que nos acerca a la verdadera esencia de las cosas.
Y besa la palabra
y la convence, la vence y la amolda para dejarla perfectamente limpia, y así
nos la entrega generoso como el más lúcido de los poetas.
La palabra
ternura es más ternura aún entre sus versos.
Amor, amistad,
paz, resuenan como un cántico
Me mandaron a estropear las guerras
Y remar todas las barcas…
La palabra mar, amor, marisma, felicidad o alcoba, saben distinto cuando
él las recoloca
Tejiendo en el poema la realidad del mundo.
Y me soñé con un batallón de palabras
Derribando a los malvados.
Este nuevo poemario nos dispone otra vez para
el viaje.
Yo no sé
calificar un libro como lo hacen los expertos literarios, solamente sé de
corazón, de piel, de hadas que revolotean alrededor de la poesía, y aquí, en
este libro,
La casa del mar, viven todas las náyades que encontraron el camino
de vuelta a casa.
Enhorabuena,
Ramón, por este libro de poemas.
Ana Deacracia
Fue un placer maravilloso que me confiaras tu presentación. Enhorabuena una vez más por LA CASA DE MAR.
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