RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 20 de febrero de 2022

UN ACERCAMIENTO A LA FRONTERA

 

                              UN  ACERCAMIENTO  A  LA  FRONTERA

 

 

África tiene tanta sed como hambre, agolpa desdichas por todos los campos enredosos de sus perdidas batallas contra la supervivencia y se estremece cada día con una desaparición por segundo de uno de sus habitantes a la fuerza que mueren por no dormir más en la indigencia. África no suplica lástima ni maná gratuito ni atenciones lujosas, pide vida. Ni siquiera son apátridas los aventureros que la abandonan, ni siquiera huyen de represión y agobios, de la muerte que, a las espaldas, le monta una guardia interminable más de las 24 horas que para ellos son una nimiedad.

Para los africanos existen mundos donde se despejan los obstáculos de la inseguridad y de la carencia, a esa tierra nunca prometida quieren nadar a conciencia de flaquear o de ser advertidos por Occidente y perder, y perder, con solo ansiar un acercamiento a la frontera para liberarse de la losa de la angustia eterna. Desoye la civilización el grito de África y se somete a pagar con la muerte la utopía de llegar a un atardecer distinto.

Pero Occidente no es tierra que se distinga por su hospitalidad y sanciona su ordenamiento con leyes de rechazo e intolerancia, extendiéndose en excusas de discapacidad de empleo, deuda exterior inasumible, avances tecnológicos, estadísticas que fraccionan los sobrantes de ciudadanos, el euro, la chaqueta azul de la reina madre, la pobre lady, etecé, etecé. Se enjaula Occidente en su nueva acepción de la sociedad de los mercaderes disimulando con el tiempo en discusiones versátiles y agrestes, y hacen llorar a quien les toca pero  sirven para conocer a nombres en alemán o italiano que hacen las cosas al revés para que se les tenga en cuenta a la hora de… las nóminas.

La lectura a todo esto no suele presentarse como lacónica o trivial, encierra infinidad de premisas que pueden acabar en  no menos infinidad de conclusiones. “No cabemos los que ya estamos”, es la adveración oficialista más al uso, el lema de la legislatura acuñado tal vez en largas sesiones de parlamentos con descansos interminables e insultos entre poderosos. África espera mientras tanto un gesto de grandeza, un impulso humanitario de los de arriba para suplantar una migaja de bienestar por la muerte. No podrá caber entera, ¿no habrá solución mejor que matarla?. La redistribución de la riqueza con otra fórmula, la implicación de las naciones todas, la complicidad de los organismos internacionales con el hombre africano y con sus problemas, la intervención con todos los medios al alcance del progreso, el yo hombre de a pie, el tú mujer de cualquier ciudadanía, el nosotros de clase baja o jerifaltillos de nada que cambiamos el coche cada dos por tres, el vosotros raterillos de estado que andáis pensando la próxima treta o artimaña para aumentar la cuenta de Suiza y tú iglesia poderosa tan tacaña como dogmática y el que lleva el butano a casa de la señorita y el cuidador del caballo. Y todo el compromiso para evitar que África medre la vida.

 

 

 

                                              Ramón Llanes.     

                                              Huelva,

 

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