OJALÁ NO FUERA ASÍ LA NAVIDAD
En el runrún del día apabulla la prisa, la calle es un murmullo nuevo, diciembre trae cosas que endulzan o que rechinan, encuentro un calcetín sin pié, unas gafas sin ojos, un alma sin recuerdos, un mendigo sin manta, un libro cerrado, unos guantes sin manos; no habíamos soñado así la Navidad, esto es la continuación de la vida del mes pasado y del año anterior, no hemos prestado mantas ni donado ojos, ni hemos mirado si todos los guantes tenían asignadas sus manos, no somos quienes nos propusimos ser la otra Navidad y la otra y la del dos mil, esto no se parece a un sueño y sin embargo hemos comprado el somnífero, la cesta, el pavo y la bufanda; hemos echado en falta solo a los nuestros más cercanos; a los otros, -los lejanos, los desvalidos, los que no saben soñar porque no duermen, a los de las guerras, a los sordomudos, a los que han muerto ayer- a todos esos no los tendremos en cuenta. Algo sigue sin funcionar y me temo que somos nosotros mismos, tú que me aguantas, yo que te escribo.
Ramón Llanes.
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