Escribimos los poetas de paisajes y de amor, de mayordomos que rezan, del lucimiento mejor, de sueños y de certezas que alientan al corazón, de caminos y de penas. Escribimos del Patrón con letras que bien se vean pero se agota el guión para escribir de la aldea. Es la aldea preferida del Santo en su bendición porque al Santo bien le cuida y le arrima su calor en noches de oscurecida -que es la soledad peor- y en esas tardes metidas en tormentas de dolor que al alma dejan dolida es la aldea con su voz quien le mantiene la vida. Los Montes, aldea bendita, ermitaña del amor quede la palabra escrita con halago y emoción en esta humilde poesía que el poeta te escribió.
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