Huelo la luz, mastico el alba, del soñador que fuera aún me quedan huesos y facciones del alma, del seductor que quise ser queda la nada, del caminante me quedan las sandalias, del poeta tengo por ahí unos versos a punto de salir a la mañana, del hombre me falta tiempo y me sobran ganas, hago las paces conmigo ahora que amanece y huelo en el barranco la cálida albahaca.
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