LA
CIUDADES SON LIBROS
El
sábado fue de festín andariego por esta Onuba humilde y cálida que
nos envuelve la estrategia del vivir de una manera tan subyugante
como tierna, que más que ciudad parece cuna acogedora, que está
siempre abierta para nosotros y nos tributa la calma y nos enciende
sus luces de la mañana poniendo cada brillo en cada esquina, cada
esquina en cada brillo; y se empina para solucionarnos la altura y se
tiende para enseñarnos los bajos y se presta a las tonalidades y los
juegos que nosotros requiramos. Esta, mi ciudad, mi Onuba tranquila,
mi mecedora y mi tambor, mi sueño y mi estampa, esta mi ciudad con
tantos reflejos de tantas gentes que me gustan, esta ciudad es la que
admiro, adoro y me emociona.
Cuando
el sábado dijo aquello de veintinueve grados, siguiendo la consigna
metafórica de Quintín Cabrera de “las ciudades son libros que se
leen con los pies”, me hundí en los huesos corpulentos de mi
ciudad y me dediqué mis horas a leerla con los pies, a manosearla
con mil miradas, a intentar detenerla en la claridad del tiempo, para
que fuera solo mía en el matinal de mi hedonismo.
Y la ví
de cerca, la distinguí en los geranios de la calle botica y en las
suculencia de sus bellezas; Onuba es una conspiración religiosa y
es, como no, un enjambre de luces; olía a café recién hecho,
sonaba el agua de la fuente, Colón miraba hacia su horizonte, las
palomas buscaban el continuo tonteo de su picar, el cielo era un
mantel subido de azul y los colores masticaban las ensoñaciones del
paseante. En mi festín conocí los pensamientos ocultos de mi ciudad
Onuba, alguien me contó su amor, las plazas me contaron su armonía,
el silencio me contó su bulla, las páginas en blanco me contaron su
ansiedad. Todo en mi ciudad fue golosina en la mañana del sábado.
En la
misión de observador me acompañaron manos ardientes y cámara de
fotos al uso; luego de acabar me supe menos distraído, más amante
de esta ciudad que me atrae, me sustenta y me deleita hasta colmarme
en sentimientos y afecto. Mi propia apetencia querrá volver a
hacerlo.
RAMÓN
LLANES 13.4.2013. publicado en huelvabuenasnoticias.com
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