MIS
LIBROS DE CULTO
El libro
forma parte de las reservas emocionales y psíquicas que cualquier
ser humano que haya burbujeado en esto de beber libros a todas horas
y devorar novelas como lobo hambriento, conserva para sus estados de
anemia y para sus quebrantos. Esa solución que propone cada libro es
un salvavidas en altamar para un náufrago perdido o despedido de
esta vida indolente de malsanas costumbres y también un eco que te
zumba la memoria con la mejor orden y produce el mágico efecto de
quedarse en la intimidad del cerebro, el conocimiento de lo leído;
la esponja de la mente hace sus confabulaciones y se apodera de lo
que más gusta o necesita.
Más que
leer he conseguido tener con los libros una actitud de complicidad y
apego; mi referencia principal es la poesía y los poemas han entrado
en mí con una consentida confianza, la mayor de las veces en una
conformidad mutua con el autor o con el texto. La palabra escrita es
mi culto. Mi orgullo, en este escalón de los sueños, es -lógico-
vivir pero en la misma línea, mi orgullo: haber tenido la facultad
del conocimiento y después haber entendido el mensaje y haber
interpretado el arte en todas sus disciplinas. De igual manera mi
relación con la novela se ha extendido hasta configurar diálogos
con los personajes, entretenimiento con ellos y disfrute con sus
concupiscencias, vaguedades o desengaños. Exactamente igual que con
mis amigos reales de la vida.
A veces me
ha costado distinguir la ficción de la realidad y eso ha dado más
consistencia al aprendizaje y mucho más culto al libro. Y ahora es
mi alimento imprescindible de cada día.
Para
reseñar mis libros de culto escribo una A y una Z, en cuya escala se
encuentran las miles de simbologías que me han privilegiado este
paso casual por esta biblioteca casual que es la vida. Los autores se
ríen en mi entorno íntimo, regañan entre sí y se duermen en los
aposentos que a ellos reservo en mi guarida cerebral a donde entran
exclusivamente quienes se saben pasionalmente recibidos. Y así, el
libro y todas sus consecuencias, son mi culto.
RAMÓN
LLANES. 21 de abril de 2013. publicado en digitalextremadura.com
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