UN CUENTO.
En un
cuento la noche tiene su parte de luminosidad, el día su tinte de
tiniebla, el arco iris presenta más de siete colores, los huesos
pueden ser de madera y las flores de plastilina. También en un
cuento aparecen príncipes donde no existen los príncipes y brujas
con escobas de volar.
Esta
realidad, vista con detalle y ojos abiertos, sin colocón ni
anestesia, más se parece a un cuento; surge de cualquier rincón una
tormenta, alguien pulsa botones de maremotos, las brujas se prodigan,
a veces todo es blanco y las hadas tienen largo protagonismo
mediático en un hueco que descalifica a la fealdad.
Nadie
puede atreverse a asegurar que se trata de una curva de desnivel en
el equilibrado mundo de los seres inteligentes, más se parece a un
cuento. Nos subiremos mañana al trapecio a buscar el trébol de
cuatro hojas, regalaremos flores traídas de las montañas mágicas,
montaremos un circo de gigantes. Mejor que seamos de cuento.
Este
frío no trae moraleja.
Ramón
Llanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario