SUGERENCIAS A NADIE
En
cualquier telediario o informativo, de esos que se suceden en las ondas con
tanta prominencia, están establecidas unas líneas de protocolo para determinar
cuáles son las noticias que tienen contenido importante como para ser emitidas.
El estudio es minucioso y aquellas noticias que ven la luz están consideradas
como lo más notorio que ha ocurrido en el país, la comunidad o el municipio
durante ese día. Fijamos la confianza en quienes dirigen los medios sin
necesidad de inculcarles o adoctrinarles sobre los aspectos que deben destacar
en las informaciones; el ciudadano casi ni se plantea la disyuntiva de la
calidad, acepta o reniega pero se traga todo cuanto la pantalla le ofrece.
Es
imposible comprender por qué en cada telediario se ofrece siempre una
información política impuesta consistente en comentar actos o declaraciones de
cada una de estas formaciones, dedicándoles tiempo y espacio –a cada uno el
suyo concreto, dependiendo de la cuota participativa-, divulgando cada uno de sus
menesteres por muy absurdos o lerdos que sean. Todo porque las normas lo exigen
no porque entiendan que son datos interesantes para la ciudadanía, que creen
cauces de educación o que fomenten la cultura.
Sin
entrar en más adjetivos descalificadores –porque cabrían todos-, vendría bien
cambiar el ritual, a costa de un enfrentamiento con los partidos representados
que verían con desatino la retirada de pantalla de su insulsa e inocua
actividad social, elevarían sus protestas al dios infinito de la cuestión
parlamentaria, se insultarían lo preciso, montarían en cólera diez sesiones
seguidas y conseguirían su restablecimiento, de ahí que esta opinión sea
sencillamente una sugerencia a nadie, para bien de las castas y dolor de los
pánfilos ciudadanos. Horror.
Ramón Llanes
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