YA LLEGARON LAS CARRETAS.
Cuando
la tarde gemía en su penúltimo suspiro asomaban las carretas por la puertas de
Huelva, rindiéndose los onubenses en acordes de bienvenida, sonando los himnos
de cariño y agradeciendo a los peregrinos la estética que dedicaban a la vida
de esta ciudad nuestra. Así, con tiempo calmo y vencejos piando en el aire
llegaron las Hermandades a su lugar de estancia después de recorrer medio mundo
del pinar con el sofoco de la senda.
Ya
llegaron las carretas a su casa, a esperar que pase un ciclo nuevo y vuelva a
ser razón para engalanarse y buscar los campos para llegar al templo soñado.
Llegaron las mujeres que habitaron las carretas y los hombres que pusieron el
fragor del empeño, llegaron cohetes que asustaban a los perros y partían el aire. Parece que
llegó a Huelva esa parte de vida ausente durante unos días y la ciudad se puso
con otros colores, a modo de fiesta, porque vinieron los nuestros a estar con
nosotros.
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