CAVILACIONES DEL DÍA
Quiso
el poeta guardarse los silencios,
el
tesón, los pies, la nube, el colorido,
la
mina, toda la tarde,
en
un minúsculo objetivo de mirar,
como
una máquina.
Hizo
que el paisaje se entregara
a
la oscuridad del interior
donde
acaso solo existirían él
y
otros paisajes con agua
o
donde acaso se mezclaran
amablemente
con la tierra.
Hizo
el poeta color en el horizonte
y
en las pizarras, metió hasta los rincones
del
pozo la paz que le pudo prestar
el
tiempo. Hizo la magia crecida
desde
el ocre, los rojizos, los pardos,
los
grises, templó a fuego de poeta
el
alimento, pensó en eternizar su mundo
desde
el bocado soluble de la emoción.
Al
poeta le inventó el paisaje,
una
tarde con alma, con honor y conciencia,
ebria
de colores.
RAMÓN LLANES.
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