RELATO DE LAS HORAS
Ha
oscurecido y las horas siguen sonando en el campanario del tiempo,
sin libertad para desbocarse, dormirse más tarde o levantarse nunca.
Se han recogido todos: las almácigas, los enebros, el lubrican, la
solana, los ojos del puente, todos se han recogido para no ofender a
la noche, todos, menos el tiempo. La armonía de las horas presienten
siempre lo mismo, las mismas oscuridades o la misma claridad, sin
cambio, sin revés, sin una pizca de sobresalto.
El
tiempo no se fortalece por la mucha luz, las horas no caminan más
lentas por el cansancio, la vida no les importa ni aligerarla ni
apelmazarla ni dormirla, es un tren invicto que resume su elegía en
la puntualidad, para avisar de las llegadas de las lumbres, para
observar objetivamente el comportamiento de los seres, a quienes ni
corrige ni increpa ni nutre, solo erosiona. Por su culpa estamos aún
en esta trampa, -dirán unos-; por su veleidad disfrutamos de la luz
-comentarán los otros-. Siempre sin condolencia, el suspiro es un
halago, la tragedia es cómica, la velocidad es lenta; las pautas
están ordenadas por la sinrazón del péndulo, tiempo y juez.
No
podemos dominar no tenemos el derecho a dominar al tiempo después de
estar en posesión de todas las verdades y de haber tenido la
capacidad para modificar misterios naturales, luces, espacios y
filosofías. Con el cursor del tiempo siempre nos falla el programa,
no hemos elegido el enlace adecuado ni se nos admiten sugerencias
para mover acaso el columpio a otro lado distinto, tal vez menos
ecléctico o más robusto. Será el tiempo nuestro mayor enemigo?, el
mayor enemigo de nuestra civilización?.
Figuradamente,
como si hiciera la metáfora del día, -ahora que ni es de noche ni
amanece ni está lloviendo- engaño al tiempo con un puñado de
recuerdos. Yo sé de dónde vienen, dónde estaban, cómo ocurrieron,
cómo los he guardado; el tiempo no tiene memoria, no sabe si la
tormenta es un bostezo o una algarabía; no sabe quién ordena el
despertar de los pájaros, no sabe más que el instante, luego es
pasado, sin aprendizaje sin empleo.
RAMÓN
LLANES. 6.8.2013. Publicado en huelvabuenasnoticias.com
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