LA TRISTEZA DE LOS
DÍAS.
El mar volvió a tragarse
las vidas oscuras
de quienes navegaron en su barca de papel
con un grito de hambre
en las entrañas,
el mar no quiso,
no tiene estómago,
el mar está tan triste
como la desesperanza del miedo.
Las muertes de todos
los días
no son recibidas con las banderas
del salón dorado de palacio
y los hombres que visten de patria
olvidaron la hora del desembarco
y se volvió a cubrir el mar
de descuidos .
Ramón Llanes.
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