MADRE TIERRA
Me esperabas, me esperas siempre, allá
en tu hígado rojo con presencia de siglos. Soy el hombre de pirita con “gosán”
o plata que te revela los secretos que no sabes de la vida, tu alma es una
alacena de almíbares, de arcillas y de colmos, y te traigo los mensajes que
recluto y selecciono para esparcirlos en tu alfombra. Vine, hoy, para
presentarte el hombre “yo” que conocías y mis meditaciones sobre ti, tierra
mujer, que en dos amores y uno me acrecienta el pecho. Te pisé con el respeto
que te debo como diosa, miré tus carnes al sol, tus reservas de sangre para
cuando necesitaras que la donaras, te hice en la mañana las caricias en fotos y poemas.
Ramón Llanes.
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