Días como el mar, días como labios, días de largo la humedad, el sol en vilo, la falta de luz se refleja en el dolmen cuando atardece sin memoria y las cosas pierden su olor a tierra y los olores pierden su vanidad, los hombres germinan como olas en los días como el frío, para buscar lujuria el mandato en pleno exigirá paraguas, hasta la orilla un paso, hasta el orgullo un milenio, se oye perder, la tarde huele a perdedores y se planta el velorio en la escalerilla del duelo, a perder también, aunque no sea más que la vida de estos días como el destiempo.
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