APRENDIENDO A DESCONFIAR (V)

APRENDIENDO A DESCONFIAR (V)

Son esos días de primavera donde se confunden el calor con el sofoco, la luna con una lámpara, el vicio con una virtud, días de culto o huída, de vacación en el aprendizaje sin que la vida se entere de apuntar un nuevo signo de duda; y en esto aparecen lecciones de invitación a desconfiar de los seres solteros, “ocultadores de actitudes libidinosas” -dicen-, que se reservan para momentos de persecución lasciva y ocupan el tiempo en el cuido de cargar con esmero la estilográfica para ofrecer una mejor respuesta al amor. No está en los cánones, es una indisciplina, faltan a la ética quienes a tal llamada de soltería socarrona acuden, así son las normas. Y una inmensa mayoría empezará mañana a observar con miramientos a los seres célibes, a los solitarios y a los incompatibles con la convivencia en pareja, a dedicarles rancios insultos y descalificaciones incómodas como si fueran el mal nuevo de la vieja galaxia. Ni siquiera en vacaciones escolares descansa la maledicencia que el vivir entraña.

Ramón Llanes. 31 marzo 2021.