PARA GLORIA Y DANIEL EN EL DÍA DE SU BODA
Los viejos no solemos ser buenos consejeros, nuestra experiencia no es válida para vosotros porque han cambiado los tiempos, porque son circunstancias distintas, porque aquello de hace un siglo no puede valer en la actualidad, por eso y por otras razones, por mucho que yo me empeñara en preparar un listado de buenas intenciones, no funcionaría; también se me podría ocurrir daros un cuaderno con todas las cosas que nunca deberías hacer, que serían muchas y que a vosotros os resultarían cuentos de ancianos y batallitas, así que lo único que se me ocurre para cumplir con mi misión solicitada es entregaros hoy un cuaderno en blanco y que vosotros mismos le pongáis palabras, emociones, fracasos, enfados y pasiones. Hacedlo con rabia o rebeldía y me evitáis tener que ponerme a recordar cómo me fue.
Os diré, no obstante, que faltaría a mi ética como ser humano si os dijera que en estos momentos me cambiaría por vosotros; si lo hiciera estaría traicionando a mi verdad y a mi conciencia. Por nada del mundo me cambiaría, ya tengo mi memoria en su sitio, mis caminos hechos y mi mundo a mi forma, no puedo ahora renunciar a tanta vida por un capricho; son ya más de 50 años que llevo con una compañera excepcional y tengo con eso en lo más alto mi vanidad como hombre y he conseguido obtener un patrimonio espiritual imprescindible.
Os diré también, -que para tal asunto me llamaron- que el amor es el único vicio justificable. Parece raro y es verdad. Parece como una frase sacada de un manual de autoayuda o de un libro para adolescentes pero es muy verdad: el amor es un vicio, os daréis cuenta de ello pero no me hagáis caso que eso será cosa vuestra descubrirlo.
Unos años atrás, en el 2014, la Academia de la Lengua Española admitió unos vocablos nuevos que provenían del uso continuado y fue aceptada entre ellos una palabra curiosa, SERENDIPIA, que significa encontrar algo importante de chiripa, cuando en realidad se estaba buscando otra cosa, es un hallazgo de cualidades extraordinarias. Y me viene a la razón que es aplicable a vosotros porque os habéis embarcado en esta apasionante singladura en busca del amor y habéis encontrado la fastuosa felicidad. El amor es un vicio que trae estas dulces consecuencias.
Os vamos a seguir queriendo pero yo, personalmente, quizá tarde mucho en perdonaros que de los 365 días que tiene el año hayáis escogido para casaros el día del partido del Betis y el Madrid, ¡qué osadía!. Seriedades aparte, queridos sobrinos, ¿qué consejos nos dais a nosotros, a esta pléyade de calvos para los próximos 30 años?.
Un abrazo.
Ramón Llanes Domínguez. 28 agosto 2021.
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