PRESENTACIÓN DE MANANTIAL DE
AUSENCIAS
DE EMILIO MARÍN.
Antes de abrirse el libro se
encuentra el lector con el primer poema que se esconde en el título, el
MANANTIAL DE AUSENCIAS está formado con letras puestas a conciencia con la idea
lírica del autor; un manantial es un nacimiento continuo de agua abundante, las
ausencias dan a conocer el dolor, las carencias, lo deseado no tenido, lo
perdido, lo añorado, ese es el poema que el libro pone al descubierto antes ser
leído, para que no haya lugar a equívocos y se prenda al lector en un
conglomerado de necesidades que evoca el poeta para sentirse más libre y quizá
más amado o al menos más tenido en cuenta.
Antes de abrirse el libro vuelve a
encontrarse el lector con el segundo poema que es el cuadro de la portada que
simboliza el desorden de lo bello de una librería en uso en el arte de Juan
Carlos Castro, quien deja una abertura de fondo para que al curioso lector le
agrade entrar, ahí se fragua la armonía del poemario vista con ojos de
pintor-poeta para que ninguna fragancia se escape de las páginas sin ser olida
con prontitud y sosiego.
Antes de abrirse el libro se abre el
día con el testimonio de una Niebla presente que además de ser un andamio que
soporta la biblioteca es una Editorial que custodia los pensamientos de los
seres humanos de Huelva que gustan de mirarse en el espejo de los versos que la
Ría produce y es de Niebla cada empujón al agua, cada puente tendido, cada
aliento para los amantes establecidos en las paredes de la vida con su dignidad
versificada; antes de abrirse el libro Niebla es un tercer poema.
Antes de abrirse el libro acaricia el
lector la textura de su envoltorio y lo encuentra amable, noble, suave y
seductor, como si fuera su tacto una sensualidad que sorprende y se convierte
en el cuarto poema; antes de abrirse el libro su halo espiritual está lleno de
poemas.
Abierto entonces el libro, una
pequeña foto en la solapa izquierda nos muestra a un hombre con barba blanca,
gafas y temple que simula ser un hombre bueno con todas sus apariencias de
elegancia, educación, generosidad y garantía; y es la viva imagen de Emilio que
ha reflejado en su aspecto un compendio de poemas de paz, de entregas, de
virtualidad, de ensoñaciones y de transparencias y es ahí donde se pueden leer
todos los poemas, como queriendo advertir que no es necesario continuar
abriendo más el libro; toda metáfora, todo mensaje y toda lírica están en la
placidez de la mirada que Emilio le ha puesto a la foto que no es distinta de
su mirada original. En plenitud, el hombre traspasa la fogosidad y el poeta
magnifica la poesía.
Más adelante siguen los versos
volando intimidades y tiene la grandeza de dedicarlos a sus padres,
promocionando aun más la honestidad y el homenaje a los suyos tan amados; luego
el amor en sustratos pequeños: esta mañana encontré/ tu nombre/ entre las
sábanas/como una voz,/un grito desgarrado/ que me llamaba. Y va de la
búsqueda a la memoria como un niño juega al escondite para no ser encontrado y
escribe que de pronto el otoño/nos inundó/de aire brusco y lluvioso/ que
hizo olvidar/las plácidas tardes/ del estío vivido,/ahora/es recuerdo.
Y el lector continúa con sus dedos
repasando las hojas y las tardes se echan encima y el poema trasciende de lo
bello a lo profundo y se hace cómplice de un estado febril y acaba sabiendo
cómo la desnudez humilde de Emilio no pretendía enseñarle más que un manantial
de vidas.
Ramón
Llanes.
Huelva
18 octubre 2021.
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