LAS
COSAS DEL PATIO.
El
patio se ha puesto tan hortera que ni los vecinos menos distinguidos
acuden a las celebraciones de la comunidad; el jardín tiene ese
color mustio que impone el invierno y las viudas del quinto parece
que callan en el sueño del letargo. Apenas se oye gritar el niño
del segundo que tiene prohibido jugar en la arena porque viene
contaminada de excesos de un cloruro dañino que produce picazón y
dolor de garganta. Un ególatra que reside por casualidad en el
ático, acostumbra a tirar al patio colillas encendidas, produce
repulsa e indica que desistirá de su actitud cuando obliguen a bajar
la música a la novia del “guiri” que se expande en canciones la
mañana completa entretenida en nada mientras acompaña a Rocío
Jurado en sus constantes orquestaciones de coplerío.
Lo
demás es tan insignificante como que unos trabajan y cobran al final
de todos los meses, otros se apuntaron al desempleo y cobran al final
de todos los meses, la pensionista del cuarto no quiere oir de la
arena prohibida y desea que le suban un poco más para poder seguir
llegando al final de todos los meses; los padres del niño, que grita
por no poder jugar en la arena, han comenzado también a gritar para
que retiren la arena del patio; el ególatra grita solo por
escucharse a sí mismo; la novia de las coplas grita desafinadamente
y así hasta un interminable alegato de circunstancias que se suceden
día sí y noche también en este complejo patio que padece, sufre,
vive, disfruta y le pone una extraña salsa a la vida para sentirse
orgullosos de tener una casa con un patio muy particular.
Ramón
Llanes 20.6.2013. Publicado en huelvabuenasnoticias.com
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