SI ALGUNA VEZ TE ACERCAS (II)
Tráeme tu milonga pegada en la voz,
le hacemos el hueco en nuestra
transparencia
y nos sentamos,
si alguna vez te acercas.
El patio canta cada vez que alguien
presumido
asoma, pone el árbol su sombra de
estío,
suena la campana del zaguán
y se alegran inquietas las flores del
alféizar;
es un honor cálido que te acerques,
que traigas tu olor y tus impulsos,
que te desmayes de complicidad,
que sueñes con nosotros,
es el placer que esperábamos
desde antes del tiempo amargo.
Y calienta tus pasiones de siempre
por si alguna vez te acercas.
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