SOLOS
El primer golpeo sonó
a hueco,
los enseres dormían
encima de los sueños
aparentando una
genialidad,
un olor a abrazo roto
acusaba la frialdad de
la estancia
hasta morderla de indigencia,
triste la mesa, dolido
el reducto de vida
que se colgó de la
lámpara,
malgastados allí
muchos besos de antaño
la alcoba huía del
silencio,
los amantes vendieron
la casa
y dejaron el tiempo en
la soledad
renegando de haberla
vivido.
Y la tormenta entró a
borrar
los últimos suspiros.
Ramón Llanes. 13
octubre 2018.
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