EL DESEO DE SER
FELIZ.
Me
pregunto por qué no somos más felices y miro alrededor intentando valerme de
excusas o razones que me ayuden en mi recuerdo a desentrañar este conflicto. Es
que aún existe la guerra. La guerra de los soldados y la guerra de los
políticos. Al menos hay guerras desparramadas por el orbe y tenemos de qué
hablar y así nos olvidamos de nuestra
felicidad.
Y también me recuerdo si seríamos felices sin guerras. Y si quitamos
las guerras o las acabamos de un plumazo, no seremos felices por el exceso de
muertes de tráfico; y si nadie empieza a morirse en el tráfico, no seremos
felices por el hambre del mundo, y si se acaba el hambre no seremos felices por
el maltrato a las mujeres y si los violentos dejan de existir, no seremos felices
por el Sida; y si el Sida revienta y se elimina, no seremos felices porque nos
ha llegado la pandemia.
Ahora me recuerdo que ya había pensado
en otra ocasión no profundizar mucho en este tema porque no llegaría jamás a
ser un poquito feliz. Y siempre se me olvida.
Ramón
Llanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario