AYER Ayer
llevabas el orgullo en las manos y
una rama de tiempo en las manos y
un canasto de satisfacción en las manos y
llevabas una mano en tus manos y
caminabas sin meta con
la seguridad de todas las esperanzas a tu alcance, como
si tú llevaras esperanzas al paisaje. Ibas
completa de razones para repartir, el
sentimiento te había otorgado buenos momentos y
fue tualiado de paseo y corazón por
el sendero inverosímil que
ayer pisaste sin entender que
todo el universo te observara. Solo
yo era el universo, planeta
escondido con aguijón de luces, presagios
y declaraciones; yo
era, ayer, quien hiciera contigo la
mañana menos gris y quien diera
riendas abiertas a los mejores recuerdos y al futuro. Ayer
no fue como siempre, estuvimos
juntos toda la eternidad que
dura una mirada, tierra
querida. Ramón Llanes
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