TRÁEME Tráeme para mañana el equipaje de
besos con todas las sonrisas de más que se quedaron en la libreta de la
compra, tráeme frutas del tiempo, naranjas y
arándanos con sabor a lo nuestro, el paquete de hojas de adelfas oliendo aún a verano de caricias, tráeme si acaso un susto pequeño o
una burla, los juguetes de los niños, el tren viejo que hicimos andar
tantas veces por los raíles oxidados de la
ausencia, tráeme quiebros, empujones, ojos
redondos, el transistor de las noches, la
guitarra, y no te olvides, sobre todo, de
traerte toda la Paz, amor, toda, toda la Paz tuya en el
alma. Ramón Llanes.
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