QUÉ HACER CONTRA LA GUERRA
Nos hemos preguntado en la
intimidad -tú y yo- qué podemos hacer nosotros para detener la guerra, si
poseemos leyes que nos amparen para saber evitarla, si las comunidades
civilizadas han asegurado nuestra Paz, si existen resortes jurídicos de valor
para oponernos a ella y hacer valer
nuestros derechos. Pues parece que estamos en una especie de limbo
impeditivo rodeados de incertidumbres y expuestos a los arrebatos de la locura
de los gobernantes y que si el de turno se salta lo acordado en los convenios
internacionales y ataca con la desmesura de la invasión goza de impunidad total
salvo que los llamados aliados inicien una guerra mundial contra la nación que
la provoca, y eso tampoco tiene admisión legal.
Nosotros, en nuestro pequeño
ámbito ciudadano, podemos gritar, escribir frases llamativas, manifestarnos o
guardar minutos de silencio por las víctimas y todo eso será bueno pero nunca
llegará a los oídos del ruso Putín que es quien se olvidó de las normas, nunca nos
tendrán en cuenta para asumir que la Paz es un derecho universal indeleble e
inalterable. Lo que sí podemos hacer a estos necesarios efectos es exigir que
quienes deseen ser candidatos a elecciones para ocupar el poder manifiesten a
priori su antibelicismo. Aunque una guerra no podría ocurrir si se dejaran de
fabricar tanques, misiles, armamentos y conciencias malvadas.
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