PASADO MAÑANA
Pensando en Coronada, en Calañas
Las huellas estarán aquí, pasado mañana,
el sermón del viento, la luz
entreabierta,
la madre enlutada, la calleja.
El tren pasará dejando emociones
y trayendo abrazos, la estación con
risas y olvidos
tendrá su sitio, el cura será otro,
el frío será el mismo;
y todo, cuando pasado mañana
los árboles se desnuden en otoño,
la paz se consiga en la llevada, el
traje se arrugue,
sobren ganas, falten horas. El costalero
irá
a dormirse esperándola, la tarde se
pondrá especial,
la guitarra sonará a cante en el camino
de pasado mañana.
Ni tú dejarás la mirada perdida
ni yo pondré cara de desconocerte
ni ellos sabrán que pertenecimos a la
tierra.
Alguien del alma nos sabrá custodiar el
beso,
hará puente y sémola, caricia y amor;
ese alguien soñado ahora, a quien
echaremos de menos
pasado mañana, trozo del manto que la
cubre,
cuerda y campanilla, bollo y santuario.
Los nuestros andarán cuesta abajo, se
beberán la botijilla,
se descalzarán para recordarnos.
Ellos pensarán que nunca nos fuimos del
todo.
Y se irán, también, como la cigüeña o el
trigo,
como quien pregona o quien reza.
Pasado mañana estarán los sueños
pendientes de llevarla,
se habrán cansado algunos brazos,
quedará eternamente el sentimiento.
Ramón Llanes. 1-02-06.
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