RAZONES
Se descuelga
un almanaque y con la misma inercia se coloca en la puntilla otro nuevo, de
idéntica estructura y molde, las fotos representan paisajes del mundo con
nieves altas, playas extensas, árboles con hojas caídas, flores nuevas y
colores seductores ambientando la prominencia
de un tiempo esperanzador. El diseñador no dibujó su estado de ánimo ni
la imprenta puso su estado de cuenta.
Con el
descuelgue del almanaque se descuelgan también los desencantos, un año plagado
de contradicciones y turbulencias, una época gris para la mayoría de los mortales
que bien está que se pudra en un desván olvidado o sea pacto de basura sin pena
por su pérdida.
Con el
cuelgue del almanaque del venidero ciclo se cuelga también una ingente cantidad
de esperanzas y razones, unos números con entusiasmos y, por seguro, unos
créditos predictores con signos emocionantes de expectativas positivas. El
tiempo nuevo adelgaza la conspiración abúlica general, rompe la cuerda del
descrédito y desalienta los últimos miedos. Es, por tanto, pan recién hecho
para degustarlo con la rúbrica de lo natural, con armonía, lejos de plagas
tórridas; tiempo de emprendimientos y culminaciones, tiempo de sueños lógicos.
En el año que comienza las cosas tienen que ser de otra manera, con un mejor
remedio, para la casa propia y para la colectiva humanidad.
Ramón Llanes
26.12.13.
Publicado hoy en digitalextremadura.com
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