CUENTO NAVIDEÑO
Al colocar los regalos en su árbol de Navidad, pensó Roberto que los
niños de su guardería hacían lo mismo en ese mismo instante y con la rebeldía
incipiente que le caracteriza se dirigió a la puerta de su casa, ya fuera, y
trasladó allí todos los juguetes que sus padres ponían junto al árbol. Estos se
enfadaron y volvieron a meterlos en casa. En un descuido, el niño Roberto,
abrió la puerta y puso nuevamente los bultos envueltos en papeles de colores,
en la puerta de su casa.
Ante la sorpresa de sus padres, con otro enfado, el niño hablando en su
idioma de medio chapurreo, les dijo que quería darle sus regalos a otro niño
que había corrido descalzo por la acera de enfrente.
Los padres le comentaron que aquí, en su ciudad, ya no existían niños
descalzos. El niño se encogió de hombros y, sorprendido, siguió jugando.
Rllanes
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