SIN NOTICIAS DE TI.
Los
telediarios no me traen noticias de ti, la prensa silencia tus palabras, la
vida es una lejanía sin alambres pero con mordaza, ni siquiera tú me cuentas
cosas de ti.
Cuando
el amor tiene ese sentido profundo y espiritual que nos hace vibrar y predecir
esperanzas, siempre buscamos un signo inequívoco que nos remita el sentimiento
de la persona amada. Vivimos en esa latitud de espera, en esa armonía de saber
que alguien te piensa y te ama, en ese misterioso enganche entre uno y otro que
es capaz de soportar los mayores desafíos. El amor puede con todo, con la
decadencia, con el desánimo, con la fiebre de morir, con el sentido del
ridículo, con todo; el amor es un cuerpo especial que se agarra a la sangre, a
las fibras y a la voluntad, hasta ponderarlo en el equilibrio de las emociones
y nunca permitir que caiga del trapecio de su elevada consideración. Es potente
el amor, increíblemente fuerte y grande.
Pero
ahora me tienes sin noticias de ti, te cuido en la sombra de la suerte de no
tenerte y, aún así, soy el privilegiado de la naturaleza que me ofreció la
oportunidad de enamorarte y de saber y entender que tu amor por mi posee esa
fuerza indeleble que nadie conseguirá destruir. Ahora me alejaste la mirada y
solo vivo del recuerdo, que ni los mares me traen tus noticias y no sé si has
ganado en amor con esta largura de año.
Ya
sabes que te cuido, eres, amor, el don apacible que guardo como joya e intento
conservar con todo mi esmero de enamorado romántico, aunque aún no me lleguen noticias
de ti.
Rllanes
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