COSAS DE LA CALLE (9)
Es invierno hasta en la calle y no hace ni pizca de calor, el abrigo
es acomodo de diario como fuego que intenta quitarte lo que no es tuyo y
tú agradeces, las sombras están vacías de pájaros y el sol calienta
menos que un mechero. Aún así, en esta vida de contrastes, el personal
se ajusta a tomar copas en las terrazas por aquello de poder echar el
cigarrillo mientras dura la liturgia; no es comprensible el detalle,
pocos se atreven y quienes pasan de largo
reniegan y despotrican de los osados bebedores o fumadores. No saben
que a la luz de las sombras de la noche se acercan muchos mendigos a
intentar que la muerte no se los fume de una chupada y para aprender lo
delicados que son algunos humanos que se asustan de quienes toman el
fresco por el placer de quemarse un poco el pulmón izquierdo. Y me
pregunto en qué acera estaré yo con estos extraños pensamientos.
Ramón Llanes. Domingo 22 enero 2017.
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