RECORDANDO A MI PADRE.
Hace treinta años vino la inoportuna muerte a llevarse los sueños de mi padre, sus ganas, su humor, su temple, sus gestos, todo de mi padre se llevó la muerte para ninguna misión que la eternidad y hoy me duele recordarlo porque no se merecía tanto silencio. Era tierno, divertido y amable, sabía transmitir paz y rebeldía, dejó una huella de elegancia en su paso por la existencia que ahora sus hijos venimos a intentar restituir a través del amor.
Sé que la muerte absurda nunca le dará tanto como él dió a la vida.
Ramón Llanes. 24 enero 2017
Hace treinta años vino la inoportuna muerte a llevarse los sueños de mi padre, sus ganas, su humor, su temple, sus gestos, todo de mi padre se llevó la muerte para ninguna misión que la eternidad y hoy me duele recordarlo porque no se merecía tanto silencio. Era tierno, divertido y amable, sabía transmitir paz y rebeldía, dejó una huella de elegancia en su paso por la existencia que ahora sus hijos venimos a intentar restituir a través del amor.
Sé que la muerte absurda nunca le dará tanto como él dió a la vida.
Ramón Llanes. 24 enero 2017
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