LA
PAZ EN MI ARMARIO
Mi
armario olía a Paz esta mañana,
el
silencio aturdía la quimera de los espacios,
las
camisas desprendían
un
cómodo halo de sosiego,
se
había caído un botón
del
pantalón azul de mis tardes de estío.
Las
sombras de mi armario
siempre
huelen a paz,
como
si la paz fuera de huecos,
de
quietud, de telas,
o
como si fuera paz hecha desde la inconsciencia
de
los hombres,
ni
una mano ha tocado la urdimbre
del
gesto oculto
en
la eternidad cotidiana de mi armario.
Y
la Paz está allí, nueva y antigua,
esperando
la caricia en el próximo rescate.
La
hice mía esta mañana
cuando
le acerqué la ternura de mis tiempos
en
forma de luz penetrante
y
me traje la Paz
para
esta jornada de contrastes
a
compartirla, más que en la materia
en
el sentimiento.
Deseo
haceros cómplices
de
la Paz de mi armario.
Ramón
Llanes
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