Amigo
Me
acerco a ti con suspiros,
con
el corazón anhelante,
deshilachado
por el deseo atrevido
de
calmar la nostalgia de madre.
Es
tiempo de cambios, de ausencia
de
besos perdidos que alejan
el
candil que alumbró tu camino.
Me
dejo envolver por la paz,
por
tu paz y mi paz
convertida
en cientos de poesías
cosidas
a los labios con versos,
a
las manos con amistad,
a
las miradas con esperanza.
Me
acerco y te acercas,
al poco te conviertes en aromos,
todos
amarillos en una tarde de primavera,
cimbrean
sus troncos con afán incontenido,
forman
el Arco del Triunfo de los enamorados.
Tú,
enamorado, siembras en el tiempo
corazón
y sentimiento,
transformas
emociones en letras,
en
hojas encuadernadas, en aliento.
Me
acerco a ti, no escatimo distancia,
algo
me conoces, ¿sabes?
a
veces soy ola, otras, barca,
cuando
callo soy filón dormido,
un
templo de mineral que aguarda
una
noche festiva de Velada
engalanada
con tus sabias palabras.
En
el silencio se mece mi pueblo, tu pueblo,
blancas
sus casas, blanco tu pelo,
al
atardecer la Luna se desviste
entre
cortas y cerros.
Te
acercas, me acerco,
me
acerco, se acerca dulce,
se
rompe el silencio,
tus
dedos sobre sus dedos
anudaron
la vida y tres sueños.
Ramón
y Miguela,
nombres
de terciopelo
bordados
con grafía inglesa
entre
bastidores y encuentros.
Para
vosotros:
Siento que el cariño es copiloto del respeto
en el vehículo de mi corazón porque me
acompañáis en este viaje de la vida y compartimos destino hacia los hermosos
espacios del amor.
María
Antonia Estévez Zamorano
Tharsis
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