MUÉRETE EN ABRIL CONMIGO
Comprendo
que se vaya abril sin nosotros;
no
se irá, no podrá irse,
le
tenemos atado al pensamiento,
abril
también es de aire
y
se mueve a la vez que nace
tan
inmenso el último día
como
el primer sol. Fogoso
y
atento, nos admite,
no podrá marcharse
sin
nosotros, no hará equipaje de noche,
simulará
un retraso, se quedará dormido
hasta
que nos pinche los ojos el cansancio
y
mire que morirnos premia la vida.
Muérete
en abril, conmigo
por
merecernos,
hasta
que la eternidad nos rescate.
Ramón Llanes. MEMORIA DEL PRÓDIGO.
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