RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 7 de marzo de 2018

EL HOMBRE DE LA CALLE

EL HOMBRE DE LA CALLE


La ciudad tiene su frialdad y su calentura, como nosotros, como la marisma; la ciudad se esconde o nace desde el mucho o desde la nada. En un instante surge el hombre cotidiano por el lateral derecho de la iglesia que preside la calle, se santigua y escupe al mismo tiempo que cruza el pórtico.
Nadie prestó atención, el mundo entero pasaba por allí un día cualquiera, nadie observó que el hombre -ajeno a mis ojos- se santiguó mirando fijamente la puerta y escupió de inmediato dejándome con la incógnita de saberle interpretar los gestos.
No hemos vuelto a verle, quizá ya no viva en la ciudad que escupió y quizá no sepa que ahora he decidido contar su actitud sin atreverme a calificarla. Si usted se lo encuentra pregúntele la razón de santiguarse y de camino que le cuente por qué escupió en ese lugar, en ese preciso momento y en esa determinada ciudad; otro día hablamos.



 Ramón Llanes. 7 marzo 2018.

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