Días como el
mar, días como labios, días de largo
la humedad, el sol en vilo,
la falta de luz se refleja en
el dolmen cuando atardece sin memoria y
las cosas pierden su olor a tierra y los
olores pierden su vanidad, los
hombres germinan como olas en los días
como el frío, para buscar
lujuria el mandato en pleno
exigirá paraguas, hasta la orilla
un paso, hasta el
orgullo un milenio, se oye perder, la tarde huele
a perdedores y se planta el
velorio en la
escalerilla del duelo, a perder también, aunque
no sea más que la vida de estos días como el
destiempo. Ramón Llanes.
(de MEMORIA DEL PRÓDIGO)
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