Imaginarlo todo me costó tres tristezas. Me prometí no repetirlo, me cansé de latas de ternura, de alcohol rosa y de sensualidades. Hemos recuperado la verdad desde el subconsciente, es el único que no equivoca las palabras, es quien se declara, siempre, esquivo ante las promesas. He imaginado los días sin desesperanza, la luz completa, el carmín perdido, la ansiedad de los novios; he imaginado la vida en un pespunte de claridad, estoy imaginando mi suerte contigo. Ramón Llanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario