SOBRAS.
El cuidado
con esmero se practica para las cosas que nos son imprescindibles y útiles, por
naturaleza o por convicción; el detalle del cuidado con los elementos
innecesarios se practica, también con esmero, como si fuera un desastre su
pérdida o deterioro. Sobran cosas; muchas cosas a las que se presta atención
sobran y otras nunca debieron ejercer convivencia en esta guarida en la que nos
encontramos no por casualidad o sí por casualidad, ¡qué importa¡. Una lista de
sobrantes hace cada uno en el armario y llama al cero ochenta y uno de turno
para que pase el camión de medianoche y lo convierta en basura pero en la
sociedad no se utiliza este sistema tan limpio. Las sobras nacen, crecen, se
reproducen y nunca mueren; no se evitan, se les aleccionan, se les conservan,
se les conceden notas de importancia, ¿por qué?.
Fabricar ese listín de lo menos
necesario aquí en concreto, en esta ciudad concreta, daría un resultado
sorprendente; sobran demasiadas cosas, sobran demasiados elementos, demasiados
esquemas, demasiados cargos, demasiados tabús, demasiados demasiados, sobran.
Parece que el basurero está lejos, que cuesta llamar al camión, que ¡total¡,
que ya estamos hecho a aceptarlos. Aceptarlos es lo de menos, lo peor es
encumbrarlos.
Aquí propondríamos nombres de
sobrantes, seríamos austeros, quedaríamos a mitad de camino. Desde otras
ópticas cualquiera sería capaz de aumentar el montón. ¿Sobran, quizá,
hipocresía, o envidia, o políticos, o famosos, o cobradores, o concursos de tv,
o copias de películas a lo americano, o películas americanas, o gorras
americanas, o fantasías americanas, o franquicias americanas?, ¿sobran horas de
tv y partidos de fútbol y xenofobia y guardias de tráfico y altos cargos y
altos sueldos y desempleo y aprovechados y dogmáticos y miserias?, ¿o acaso
nada sobra y todo es necesario?, ¿o acaso faltan raciones de todo esto?, ¿o
acaso no sobran droga y malestar y odio y dolor y desamores y movidas y
tarjetas de crédito y móviles y juzgados y presos y malditos y maldecidos y medicamentos
y guerras?.
Pues nada sobra, todo es aceptado sin
empujones ni traumas. Entraron la mayoría por la puerta pequeña y se han ido
haciendo hueco en una sociedad laxa, aferrada a la cantidad. No es protesta, no
lo haría de esta manera. La lista nunca se cierra porque caben infinidad de
sobras más, el camión circula vacío, nada tiramos.
No trataba de concienciar ni de hacer
discurrir siquiera, era tarde de otoño y quería pasar por alto las inmensas
carencias de mi sociedad porque me daba pudor y vergüenza, hice, entonces, este
comentario inútil para entretenerme.
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