POBRES
“Créditos personales al dos por ciento”
decía con letras grandes el cartel
y nos vestimos de hombres
de vanidades,
nos preguntaron, enseñamos las credenciales
a modo de escrituras encontradas
en algún basurero, nos creyeron importantes,
nos hicieron reverencias,
nos subieron al despacho de las vidrieras,
nos obligaron a abrir una vida más
y nos concedieron un crédito infinito
de millones.
Sonreímos y despreciamos la cuantía,
nosotros solo necesitábamos
cenar aquella noche.
Salimos corriendo escaleras abajo
para evitar contagio, los pobres
llevamos siempre la conciencia bien tranquila.
Rllanes. (De La Casa del Mar)
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